¿Por qué algunas personas sienten envidia todo el tiempo? Esto dice la psicología sobre su origen y efectos
La envidia es una sensación que afecta a los seres humanos cuando se mantiene constante y bloquea el proceso de las personas en su crecimiento personal.

La sensación de envidia constante afecta el fluir y crecimiento personal. (Foto Prensa Libre:Freepik)
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Byron Bran, capacitador y consultor en desarrollo humano, comparte que es importante definir que los celos y la envidia son comportamientos naturales de los humanos, pero el problema se presenta cuando esto se convierte en algo patológico.
Una columna publicada en Prensa Libre por la psicóloga Julita Alonso comenta que las emociones no son buenas ni malas en sí, pero si elegimos no escucharlas vamos a empezar a acumularlas y también se acumularán las consecuencias negativas.
La envidia nos avisa que estamos comparando nuestra vida con la de alguien más. El problema es que cuando hacemos eso aplica el dicho, la grama del vecino siempre se ve más verde que la nuestra, dice Alonso y se deja de lado el propio avance.
Por su parte, el sacerdote Luis René Sandoval, director de comunicación del Arzobispado de Santiago de Guatemala comenta que dentro de la Iglesia católica, la envidia es considerado un pecado capital y sus frutos están relacionados con la tristeza y sobre todo la desesperación cuando no se tiene lo que el otro tiene.
“Muchas veces también la envidia viene por no querer que el otro tenga un bien, no porque uno lo quiere tener, sino porque simplemente no se quiere que el otro tenga más que uno”, explica.
Sandoval explica que en el lado teológico, San Agustín la definió como una influencia de algo maligno que busca que nosotros no estemos unidos como hermanos y no queramos el bien de quienes nos rodean y que queramos solamente la superación nuestra.
“La envidia nos lleva a hablar mal de los hermanos o incluso a contar verdades que van a dejar la fama del otro por los suelos. Por eso nosotros cuando caemos en envidia, estamos también cayendo en la tristeza profunda que es un sentido de dolor y de depresión completa para el ser humano”, expresa Sandoval.
El origen de la envidia
La envidia un fenómeno que está implicado en el proceso mismo de la sociedad. Jorge Márquez en su investigación La envidia en la formación política del mundo moderno, como parte de su tesis de doctorado en Ciencias políticas por la Universidad Autónoma de México, (Unam), refiere al psicólogo y filósofo Harold Boris quien habla de la “mirada discriminatoria”; no todo lo que está a nuestro alrededor nos llama la atención o es objeto de nuestro deseo; y, obviamente, no todo lo que deseamos nos hace envidiosos. El vienés Helmut Schoeck, quien escribió el más importante tratado de sociología acerca de la envidia, considera que la envidia es un fenómeno de proximidad social. Es decir, es una cuestión de distancias sociales y culturales.

Schoeck también afirmó que la envidia no se nutre de las diferencias o desigualdades absolutas entre las personas, sino de apreciaciones subjetivas. Los hombres compiten con quienes poseen los mismos objetivos que ellos y sienten envidia de los que obtienen mejores resultados.
“La situación es la siguiente: dos individuos tienen el mismo objetivo y hacen lo posible por obtenerlo, pero sólo uno lo obtiene; quien ha fallado siente envidia. La buena fortuna de uno convierte en envidioso al otro. Aparece aquí el “sentimiento” o “complejo de inferioridad”, que es rechazado mediante argumentos falaces o racionalizaciones. Por ejemplo, el triunfo se atribuye a la suerte y no al mérito del envidiado”, agrega.
Cómo dejar el círculo de la envidia
Alonso dice que la invitación de la envidia es a dejar de compararnos y a dejar de juzgar nuestra vida como que fuera menos que la de los demás.
En pocas palabras, es una invitación a ver lo que se ha estado criticando de la propia realidad y empezar a reconocer el valor de la propia vida.
Es posible que se necesite apoyo psicológico cuando esto se ha convertido en una patología.
La gran finalidad es buscar un crecimiento propio. El visualizar los éxitos o caídas personales sin que la comparación sea quien defina el éxito o no de la vida.
Eva Illovouz en su libro Modernidad explosiva hizo un replantiamiento de la envidia. Puede llegar a ser negativa y caer en situaciones como la figura bíblica de Caín y Abel, o bien relacionarse con avances sociales como la Revolución francesa que buscaba igualdad, explica un artículo de Infobae. Así que aclara que podría representar cuestiones positivas o negativas.
La envidia es una sensación que afecta a los seres humanos cuando se mantiene constante y bloquea el proceso de las personas en su crecimiento personal.
¿Por qué algunas personas sienten envidia todo el tiempo? Esto dice la psicología sobre su origen y efectos
La envidia es una sensación que afecta a los seres humanos cuando se mantiene constante y bloquea el proceso de las personas en su crecimiento personal.

La sensación de envidia constante afecta el fluir y crecimiento personal. (Foto Prensa Libre:Freepik)
Byron Bran, capacitador y consultor en desarrollo humano, comparte que es importante definir que los celos y la envidia son comportamientos naturales de los humanos, pero el problema se presenta cuando esto se convierte en algo patológico.
Una columna publicada en Prensa Libre por la psicóloga Julita Alonso hace en que las emociones no son buenas ni malas en sí, pero si elegimos no escucharlas vamos a empezar a acumularlas y también se acumularán las consecuencias negativas.
La envidia nos avisa que estamos comparando nuestra vida con la de alguien más. El problema es que cuando hacemos eso aplica el dicho, la grama del vecino siempre se ve más verde que la nuestra, dice Alonso y se deja de lado el propio avance.
Por su parte, el sacerdote Luis René Sandoval, director de comunicación del Arzobispado de Santiago de Guatemala comenta que dentro de la Iglesia católica, la envidia es considerado un pecado capital y sus frutos están relacionados con la tristeza y sobre todo la desesperación cuando no se tiene lo que el otro tiene.
«Muchas veces también la envidia viene por no querer que el otro tenga un bien, no porque uno lo quiere tener, sino porque simplemente no se quiere que el otro tenga más que uno», explica.
Sandoval explica que en el lado teológico, San Agustín la definió como una influencia de algo maligno que busca que nosotros no estemos unidos como hermanos y no queramos el bien de quienes nos rodean y que queramos solamente la superación nuestra.
«La envidia nos lleva a hablar mal de los hermanos o incluso a contar verdades que van a dejar la fama del otro por los suelos. Por eso nosotros cuando caemos en envidia, estamos también cayendo en la tristeza profunda que es un sentido de dolor y de depresión completa para el ser humano», expresa Sandoval.
El origen de la envidia
La envidia un fenómeno que está implicado en el proceso mismo de la sociedad. Jorge Márquez en su investigación La envidia en la formación política del mundo moderno, como parte de su tesis de doctorado en Ciencias políticas por la Universidad Autónoma de México, (Unam), refiere al psicólogo y filósofo Harold Boris quien habla de la “mirada discriminatoria”; no todo lo que está a nuestro alrededor nos llama la atención o es objeto de nuestro deseo; y, obviamente, no todo lo que deseamos nos hace envidiosos. El vienés Helmut Schoeck, quien escribió el más importante tratado de sociología acerca de la envidia, considera que la envidia es un fenómeno de proximidad social. Es decir, es una cuestión de distancias sociales y culturales.

Schoeck también afirmó que la envidia no se nutre de las diferencias o desigualdades absolutas entre las personas, sino de apreciaciones subjetivas. Los hombres compiten con quienes poseen los mismos objetivos que ellos y sienten envidia de los que obtienen mejores resultados.
«La situación es la siguiente: dos individuos tienen el mismo objetivo y hacen lo posible por obtenerlo, pero sólo uno lo obtiene; quien ha fallado siente envidia. La buena fortuna de uno convierte en envidioso al otro. Aparece aquí el “sentimiento” o “complejo de inferioridad”, que es rechazado mediante argumentos falaces o racionalizaciones. Por ejemplo, el triunfo se atribuye a la suerte y no al mérito del envidiado», agrega.
Cómo dejar el círculo de la envidia
Alonso dice que la invitación de la envidia es a dejar de compararnos y a dejar de juzgar nuestra vida como que fuera menos que la de los demás.
En pocas palabras, es una invitación a ver lo que se ha estado criticando de la propia realidad y empezar a reconocer el valor de la propia vida.
Es posible que se necesite apoyo psicológico cuando esto se ha convertido en una patología.
La gran finalidad es buscar un crecimiento propio. El visualizar los éxitos o caídas personales sin que la comparación sea quien defina el éxito o no de la vida.
Eva Illovouz en su libro Modernidad explosiva hizo un replantiamiento de la envidia. Puede llegar a ser negativa y caer en situaciones como la figura bíblica de Caín y Abel, o bien lograr avances sociales como la Revolución francesa que buscaba igualdad, explica un artículo de Infobae. Así que aclara que podría representar cuestiones positivas o negativas.
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