Guatemala
PDH detecta contrastes: Formación policial con filtros de agua en la capital y camas deterioradas en Santa Rosa
La Procuraduría de los Derechos Humanos supervisó las condiciones de vida, alimentación y formación de más de 3 mil aspirantes a la PNC en tres sedes del país, y advirtió desigualdades que impactan en la calidad de la formación policial.

Los nuevos agentes de la PNC son capacitados en tres academias ubicadas en la zona 6 de la capital, Huehuetenango y Santa Rosa.(Foto Prensa Libre: hemeroteca PL)
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La formación de más de tres mil aspirantes a agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) presenta marcadas desigualdades entre sedes académicas, lo cual podría incidir negativamente en la calidad del aprendizaje y el bienestar de los futuros agentes, advierte la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH).
Durante este año, la Defensoría de la Juventud de la PDH efectuó dos supervisiones a las academias de la PNC ubicadas en la zona 6 de Ciudad de Guatemala, Huehuetenango y Santa Rosa. El informe documenta avances en infraestructura y servicios básicos, pero también persistentes disparidades. Huehuetenango, por ejemplo, destaca por contar con instalaciones modernas, mientras que la sede de Santa Rosa opera en espacios prestados y deteriorados.
Abner Paredes, funcionario de la PDH que participó en las revisiones, explicó que las verificaciones se efectuaron de oficio como parte del plan anual, aunque coincidieron con denuncias difundidas en redes sociales sobre problemas de agua potable y falta de insumos. Según Paredes, dichas preocupaciones ya han sido atendidas parcialmente por las autoridades de la academia.
Hacinamiento
En una visita realizada en febrero a la sede capitalina, donde se forman unos mil 600 aspirantes de la promoción 57, la PDH constató que el hacinamiento obligó a improvisar espacios de descanso.
“Debido a la inhabilitación de dos módulos de dormitorios en febrero, uno de los polideportivos fue adaptado como dormitorio colectivo. Esta situación generó sobrecarga en los servicios sanitarios, que fue atendida con baños portátiles arrendados”, informó.
En una segunda supervisión, en junio, se verificó que uno de los módulos ya había sido habilitado, lo que permitió desconcentrar el polideportivo. Otros dos espacios estaban en proceso de remodelación. También se reportaron mejoras en la dotación de camas, literas y lockers.
“Actualmente, ya no hay problemas de colchonetas ni insumos básicos en esta sede”, añadió.
En cuanto al acceso a agua potable, Paredes indicó que un filtro instalado entre febrero y junio permite ahora el suministro continuo en aulas y dormitorios. “Cinco o seis garrafones de agua en cada dormitorio y de dos a tres en las aulas, garantizando acceso durante todo el día”, precisó.
Sin sede propia y con condiciones precarias
En el caso de la academia de Santa Rosa, la situación es más compleja, debido a que en esa sede se forman aproximadamente mil 100 jóvenes, pero las instalaciones no son propias de la PNC, lo cual limita la posibilidad de realizar inversiones importantes o adecuaciones a largo plazo.
Según Paredes, el mobiliario está deteriorado y la infraestructura presenta deficiencias. Aunque se han entregado insumos básicos como uniformes, botas, frazadas y almohadas, las condiciones físicas son inferiores a las de las otras dos sedes. A esto se suma que la mayor carga estudiantil recae precisamente en Santa Rosa y en la zona 6.
“Al final, las tres sedes merecen la misma atención y las mismas condiciones para atender a los aspirantes a agentes, así como la formación que van a tener”, dice Paredes.
En cambio, la academia de Huehuetenango, con unos 600 estudiantes, dispone de infraestructura moderna, construida con apoyo financiero del gobierno de Estados Unidos, a través de la iniciativa INL. Esto ha permitido que los espacios estén mejor equipados y cuenten con condiciones más favorables.
Uno de los puntos sensibles detectados en las supervisiones es la alimentación. En la sede de la zona 6, la cocina es interna y está a cargo de personal contratado, entre ellos una nutricionista y un chef. Las otras sedes recurren a empresas proveedoras, pero bajo los mismos lineamientos nutricionales.
“El menú, basado en necesidades calóricas y físicas del entrenamiento, suele causar malestares digestivos en los primeros días. Muchos jóvenes vienen de una dieta chapina básica, de frijoles y huevos, y pasan a una alimentación más rigurosa. Esa adaptación no siempre es fácil”, explicó Paredes.
A pesar de ello, el funcionario indicó que se han implementado mecanismos de control que incluyen la supervisión de porciones, el almacenamiento de muestras de comida y protocolos de respuesta en caso de intoxicaciones, que han ocurrido en años anteriores.
Formación y personal docente
La PDH también evaluó la malla curricular, con énfasis en los contenidos de derechos humanos. En esta promoción se incrementaron las horas dedicadas a temas como derechos de mujeres, niñez, pueblos indígenas, migrantes y defensores de derechos humanos, así como derecho internacional humanitario.
Además, se constató que en esta ocasión todos los docentes e instructores estaban contratados desde el inicio del proceso, algo que no siempre había ocurrido en promociones anteriores. “Tener al personal completo garantiza que no se interrumpa la formación y que no se dependa de refuerzos externos”, dijo el defensor.
También se verificó que existen mecanismos de evaluación académica que permiten hacer ajustes a la currícula y responder a necesidades detectadas durante la formación.
Uno de los problemas identificados en las academias del interior, según el funcionario, es la deserción de algunos aspirantes durante la etapa de formación. Explicó que muchos aspirantes tienen familias y necesitan ingresos inmediatos, por lo que optan por buscar empleo o abandonan la capacitación por razones familiares o físicas.
“Algunos no aguantan la rutina del entrenamiento”, precisó.
Atención a salud
Todas las sedes cuentan con médicos y enfermeros, aunque el nivel de atención varía según la disponibilidad local. En la Ciudad de Guatemala, los aspirantes tienen acceso al hospital de la academia, mientras que en Santa Rosa y Huehuetenango hay coordinación con hospitales departamentales o centros de salud.
La PDH recomendó fortalecer las acciones de prevención de enfermedades gastrointestinales y respiratorias, sobre todo en las primeras semanas, cuando los estudiantes enfrentan cambios de rutina, clima y alimentación. También sugirió mantener acciones de fumigación periódica para evitar brotes de dengue en zonas con acumulación de agua o materiales en desuso.
Supervisión constante
Según el vocero Edwin Monroy, la Subdirección General de Estudios y Doctrina es la entidad encargada de la formación de los aspirantes en las academias de la capital, Huehuetenango y Santa Rosa. Además de brindar la instrucción académica y práctica, esta dependencia también se responsabiliza del alojamiento, la alimentación y el suministro del mobiliario necesario para los alumnos.
Monroy explicó que cada sede cuenta con un director y que existe una supervisión constante para garantizar que las instalaciones reúnan las condiciones adecuadas. “Se lleva a cabo una verificación en cuanto a instalaciones, alojamiento y mobiliario, precisamente para que los policías alumnos tengan las condiciones adecuadas tanto para su formación académica como para su descanso”, detalló.
Reconoció que la academia central, ubicada en la zona 6 capitalina, tiene una mayor capacidad y concentración de personal, pero afirmó que eso no implica una diferencia en la calidad de formación. “La capacitación es equitativa en cuanto a conocimientos teóricos y entrenamiento físico, ya que los mismos instructores de la Subdirección General imparten los cursos en las tres academias”, afirmó.
La Procuraduría de los Derechos Humanos supervisó las condiciones de vida, alimentación y formación de más de 3 mil aspirantes a la PNC en tres sedes del país, y advirtió desigualdades que impactan en la calidad de la formación policial.
Guatemala
PDH detecta contrastes: Formación policial con filtros de agua en la capital y camas deterioradas en Santa Rosa
La Procuraduría de los Derechos Humanos supervisó las condiciones de vida, alimentación y formación de más de 3 mil aspirantes a la PNC en tres sedes del país, y advirtió desigualdades que impactan en la calidad de la formación policial.

Los nuevos agentes de la PNC son capacitados en tres academias ubicadas en la zona 6 de la capital, Huehuetenango y Santa Rosa.(Foto Prensa Libre: hemeroteca PL)
La formación de más de tres mil aspirantes a agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) presenta marcadas desigualdades entre sedes académicas, lo cual podría incidir negativamente en la calidad del aprendizaje y el bienestar de los futuros agentes, advierte la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH).
Durante este año, la Defensoría de la Juventud de la PDH efectuó dos supervisiones a las academias de la PNC ubicadas en la zona 6 de Ciudad de Guatemala, Huehuetenango y Santa Rosa. El informe documenta avances en infraestructura y servicios básicos, pero también persistentes disparidades. Huehuetenango, por ejemplo, destaca por contar con instalaciones modernas, mientras que la sede de Santa Rosa opera en espacios prestados y deteriorados.
Abner Paredes, funcionario de la PDH que participó en las revisiones, explicó que las verificaciones se efectuaron de oficio como parte del plan anual, aunque coincidieron con denuncias difundidas en redes sociales sobre problemas de agua potable y falta de insumos. Según Paredes, dichas preocupaciones ya han sido atendidas parcialmente por las autoridades de la academia.
Hacinamiento
En una visita realizada en febrero a la sede capitalina, donde se forman unos mil 600 aspirantes de la promoción 57, la PDH constató que el hacinamiento obligó a improvisar espacios de descanso.
“Debido a la inhabilitación de dos módulos de dormitorios en febrero, uno de los polideportivos fue adaptado como dormitorio colectivo. Esta situación generó sobrecarga en los servicios sanitarios, que fue atendida con baños portátiles arrendados”, informó.
En una segunda supervisión, en junio, se verificó que uno de los módulos ya había sido habilitado, lo que permitió desconcentrar el polideportivo. Otros dos espacios estaban en proceso de remodelación. También se reportaron mejoras en la dotación de camas, literas y lockers.
“Actualmente, ya no hay problemas de colchonetas ni insumos básicos en esta sede”, añadió.
En cuanto al acceso a agua potable, Paredes indicó que un filtro instalado entre febrero y junio permite ahora el suministro continuo en aulas y dormitorios. “Cinco o seis garrafones de agua en cada dormitorio y de dos a tres en las aulas, garantizando acceso durante todo el día”, precisó.
Sin sede propia y con condiciones precarias
En el caso de la academia de Santa Rosa, la situación es más compleja, debido a que en esa sede se forman aproximadamente mil 100 jóvenes, pero las instalaciones no son propias de la PNC, lo cual limita la posibilidad de realizar inversiones importantes o adecuaciones a largo plazo.
Según Paredes, el mobiliario está deteriorado y la infraestructura presenta deficiencias. Aunque se han entregado insumos básicos como uniformes, botas, frazadas y almohadas, las condiciones físicas son inferiores a las de las otras dos sedes. A esto se suma que la mayor carga estudiantil recae precisamente en Santa Rosa y en la zona 6.
«Al final, las tres sedes merecen la misma atención y las mismas condiciones para atender a los aspirantes a agentes, así como la formación que van a tener», dice Paredes.
En cambio, la academia de Huehuetenango, con unos 600 estudiantes, dispone de infraestructura moderna, construida con apoyo financiero del gobierno de Estados Unidos, a través de la iniciativa INL. Esto ha permitido que los espacios estén mejor equipados y cuenten con condiciones más favorables.
Uno de los puntos sensibles detectados en las supervisiones es la alimentación. En la sede de la zona 6, la cocina es interna y está a cargo de personal contratado, entre ellos una nutricionista y un chef. Las otras sedes recurren a empresas proveedoras, pero bajo los mismos lineamientos nutricionales.
“El menú, basado en necesidades calóricas y físicas del entrenamiento, suele causar malestares digestivos en los primeros días. Muchos jóvenes vienen de una dieta chapina básica, de frijoles y huevos, y pasan a una alimentación más rigurosa. Esa adaptación no siempre es fácil”, explicó Paredes.
A pesar de ello, el funcionario indicó que se han implementado mecanismos de control que incluyen la supervisión de porciones, el almacenamiento de muestras de comida y protocolos de respuesta en caso de intoxicaciones, que han ocurrido en años anteriores.
Formación y personal docente
La PDH también evaluó la malla curricular, con énfasis en los contenidos de derechos humanos. En esta promoción se incrementaron las horas dedicadas a temas como derechos de mujeres, niñez, pueblos indígenas, migrantes y defensores de derechos humanos, así como derecho internacional humanitario.
Además, se constató que en esta ocasión todos los docentes e instructores estaban contratados desde el inicio del proceso, algo que no siempre había ocurrido en promociones anteriores. “Tener al personal completo garantiza que no se interrumpa la formación y que no se dependa de refuerzos externos”, dijo el defensor.
También se verificó que existen mecanismos de evaluación académica que permiten hacer ajustes a la currícula y responder a necesidades detectadas durante la formación.
Uno de los problemas identificados en las academias del interior, según el funcionario, es la deserción de algunos aspirantes durante la etapa de formación. Explicó que muchos aspirantes tienen familias y necesitan ingresos inmediatos, por lo que optan por buscar empleo o abandonan la capacitación por razones familiares o físicas.
“Algunos no aguantan la rutina del entrenamiento”, precisó.
Atención a salud
Todas las sedes cuentan con médicos y enfermeros, aunque el nivel de atención varía según la disponibilidad local. En la Ciudad de Guatemala, los aspirantes tienen acceso al hospital de la academia, mientras que en Santa Rosa y Huehuetenango hay coordinación con hospitales departamentales o centros de salud.
La PDH recomendó fortalecer las acciones de prevención de enfermedades gastrointestinales y respiratorias, sobre todo en las primeras semanas, cuando los estudiantes enfrentan cambios de rutina, clima y alimentación. También sugirió mantener acciones de fumigación periódica para evitar brotes de dengue en zonas con acumulación de agua o materiales en desuso.
Supervisión constante
Según el vocero Edwin Monroy, la Subdirección General de Estudios y Doctrina es la entidad encargada de la formación de los aspirantes en las academias de la capital, Huehuetenango y Santa Rosa. Además de brindar la instrucción académica y práctica, esta dependencia también se responsabiliza del alojamiento, la alimentación y el suministro del mobiliario necesario para los alumnos.
Monroy explicó que cada sede cuenta con un director y que existe una supervisión constante para garantizar que las instalaciones reúnan las condiciones adecuadas. “Se lleva a cabo una verificación en cuanto a instalaciones, alojamiento y mobiliario, precisamente para que los policías alumnos tengan las condiciones adecuadas tanto para su formación académica como para su descanso”, detalló.
Reconoció que la academia central, ubicada en la zona 6 capitalina, tiene una mayor capacidad y concentración de personal, pero afirmó que eso no implica una diferencia en la calidad de formación. “La capacitación es equitativa en cuanto a conocimientos teóricos y entrenamiento físico, ya que los mismos instructores de la Subdirección General imparten los cursos en las tres academias”, afirmó.
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