Opinión: Tecpán Guatemala: pasado ancestral, presente vibrante

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Opinión: Tecpán Guatemala: pasado ancestral, presente vibrante

En dos décadas, Tecpán Guatemala ha pasado de ser un lugar de paso a convertirse en un vibrante destino gastronómico y turístico, con una oferta que incluye restaurantes, hoteles, parques, museos y reservas naturales.

En 2005 apenas existían cinco hoteles en Tecpán Guatemala. Hoy suman más de treinta, con una oferta que abarca desde hospedajes de lujo hasta casas de campo, cabañas, fincas históricas renovadas y hoteles rurales tradicionales. (Foto Prensa Libre: Juan Diego González)


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Tecpán Guatemala, ubicado en el corazón del departamento de Chimaltenango, es un municipio que atesora una historia milenaria y una identidad profundamente ligada a la civilización kaqchikel. Mucho antes de la llegada de los españoles, en este territorio se levantó Iximché, la capital del reino kaqchikel. Fundada tras la ruptura de este pueblo con los quichés, Iximché fue un centro político, económico y ceremonial estratégico que dominó amplias zonas del altiplano occidental.

Fue en Iximché donde, el 25 de julio de 1524, los conquistadores españoles fundaron la primera capital del reino de Guatemala, bautizándola como Villa de Santiago. Aunque su permanencia fue breve debido a la resistencia indígena, este hecho marcó el inicio de un profundo proceso de transformación cultural, social y económica que dio lugar al mestizaje y a la fundación del pueblo de San Francisco Tecpán Guatemala. A partir del 1542, bajo las reformas impulsadas por la Corona española y las órdenes religiosas, se estableció un nuevo asentamiento organizado según el modelo urbano europeo: iglesia, plaza central, cabildo y tierras comunales. Desde entonces, Tecpán ha sido escenario de momentos clave en la historia del país.

Durante la época colonial, sus tierras fértiles propiciaron el cultivo de trigo. Más adelante, en el siglo XIX, la instalación de molinos como Venecia y Helvetia confirmó la vocación agrícola e industrial de la región. La producción de trigo, la ganadería y el trabajo en madera fueron actividades destacadas. La zona también atrajo a migrantes europeos, particularmente franceses y suizos, fascinados por su clima frío y los paisajes montañosos.

En el 1961, esta riqueza natural y cultural encontró una nueva expresión en el emprendimiento de don Paulino Jarquín Richeme, quien fundó un establecimiento pionero en la elaboración de embutidos ahumados. Aunque fue destruido en el 1981 durante el conflicto armado interno, en el 1983 sus sobrinos retomaron el proyecto, transmitiendo conocimientos y saberes que hoy caracterizan a Tecpán como una referencia en productos artesanales de calidad. Aquel renacer desde una enramada de ciprés marcó un hito en el desarrollo socioeconómico local.

En paralelo, en el 1971 nació la finca San Vicente con sus productos lácteos Pasajinak —nombre que significa “Valle de Blancos Pajones” en kaqchikel—, consolidándose a partir del 1991 como industria lechera. Ambas marcas, hoy reconocidas a nivel nacional, abastecen hoteles, restaurantes y supermercados con productos que combinan tradición, calidad e innovación.

En el 2005, la visión compartida de diez empresarios locales dio paso a un esfuerzo articulado para transformar a Tecpán Guatemala en un verdadero destino gastronómico y turístico. Entre ellos se encontraban los fundadores de Katok, Kape Paulinos, El Pedregal, Hotel Albergues de Tecpán, San Ricardo, Chichoy, Las Flores, Chirijuyú, Chichavac y Rincón Suizo. Su objetivo era claro: dejar atrás la imagen de Tecpán como un lugar de paso y posicionarlo como un destino de estadías prolongadas, capaz de ofrecer experiencias auténticas y memorables.

Veinte años después, esa visión ha dado frutos. Tecpán Guatemala cuenta hoy con más de 50 restaurantes a lo largo de la carretera Interamericana, desde el kilómetro 78 hasta el 101, además de decenas de otros negocios surgidos en el centro del municipio y en comunidades aledañas. En el 2005 apenas existían cinco hoteles en el área. Hoy suman más de treinta, con una oferta que abarca desde hospedajes de lujo hasta casas de campo, cabañas, fincas históricas renovadas y hoteles rurales tradicionales.

Este crecimiento ha sido acompañado por una oferta complementaria de parques recreativos, zoológico, museos y reservas naturales privadas. El parque arqueológico de Iximché sigue siendo un punto esencial para comprender el origen e identidad de Tecpán, al igual que las tradiciones vivas que aún se celebran en las cofradías locales, en sus festividades religiosas y en la vida cotidiana.

Este desarrollo no ha sido producto del azar. Convertirse en un verdadero corredor gastronómico y turístico ha requerido visión, compromiso y, sobre todo, inversión en su gente. Tecpán ha apostado por la capacitación de sus pobladores, quienes hoy ocupan empleos dignos en restaurantes, hoteles, cabañas y otros servicios vinculados al turismo. Muchos han encontrado en este renacer una oportunidad para crecer profesional y personalmente, siendo parte esencial del motor que impulsa el desarrollo local.

La oferta actual es robusta y diversa: experiencias culinarias auténticas, hospedajes para todos los gustos y presupuestos, actividades culturales, históricas y recreativas, así como espacios de naturaleza y aventura. Tecpán Guatemala se ha consolidado como un destino integral que atrae a distintos segmentos de turistas: familias, parejas, excursionistas, amantes de la historia, fotógrafos, ciclistas, exploradores y viajeros en busca de descanso y conexión con la tierra.

El reto ahora es darlo a conocer aún más: que tanto guatemaltecos como extranjeros descubran que Tecpán Guatemala no es solo un punto de paso en la carretera, sino un lugar que merece ser vivido, explorado y disfrutado con calma. Quedarse una noche, o dos, es abrirse a una experiencia que combina historia, tradición, naturaleza y hospitalidad. Porque Tecpán tiene todo lo necesario para seguir creciendo como destino… solo falta que más personas se den la oportunidad de conocerlo y dejarse sorprender.

Vale la pena recordar que, en cada rincón de Tecpán Guatemala, la cultura y la magia les esperan con los brazos abiertos.

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 En dos décadas, Tecpán Guatemala ha pasado de ser un lugar de paso a convertirse en un vibrante destino gastronómico y turístico, con una oferta que incluye restaurantes, hoteles, parques, museos y reservas naturales.  

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Opinión: Tecpán Guatemala: pasado ancestral, presente vibrante

En dos décadas, Tecpán Guatemala ha pasado de ser un lugar de paso a convertirse en un vibrante destino gastronómico y turístico, con una oferta que incluye restaurantes, hoteles, parques, museos y reservas naturales.

En 2005 apenas existían cinco hoteles en Tecpán Guatemala. Hoy suman más de treinta, con una oferta que abarca desde hospedajes de lujo hasta casas de campo, cabañas, fincas históricas renovadas y hoteles rurales tradicionales. (Foto Prensa Libre: Juan Diego González)

Tecpán Guatemala, ubicado en el corazón del departamento de Chimaltenango, es un municipio que atesora una historia milenaria y una identidad profundamente ligada a la civilización kaqchikel. Mucho antes de la llegada de los españoles, en este territorio se levantó Iximché, la capital del reino kaqchikel. Fundada tras la ruptura de este pueblo con los quichés, Iximché fue un centro político, económico y ceremonial estratégico que dominó amplias zonas del altiplano occidental.

Fue en Iximché donde, el 25 de julio de 1524, los conquistadores españoles fundaron la primera capital del reino de Guatemala, bautizándola como Villa de Santiago. Aunque su permanencia fue breve debido a la resistencia indígena, este hecho marcó el inicio de un profundo proceso de transformación cultural, social y económica que dio lugar al mestizaje y a la fundación del pueblo de San Francisco Tecpán Guatemala. A partir del 1542, bajo las reformas impulsadas por la Corona española y las órdenes religiosas, se estableció un nuevo asentamiento organizado según el modelo urbano europeo: iglesia, plaza central, cabildo y tierras comunales. Desde entonces, Tecpán ha sido escenario de momentos clave en la historia del país.

Durante la época colonial, sus tierras fértiles propiciaron el cultivo de trigo. Más adelante, en el siglo XIX, la instalación de molinos como Venecia y Helvetia confirmó la vocación agrícola e industrial de la región. La producción de trigo, la ganadería y el trabajo en madera fueron actividades destacadas. La zona también atrajo a migrantes europeos, particularmente franceses y suizos, fascinados por su clima frío y los paisajes montañosos.

En el 1961, esta riqueza natural y cultural encontró una nueva expresión en el emprendimiento de don Paulino Jarquín Richeme, quien fundó un establecimiento pionero en la elaboración de embutidos ahumados. Aunque fue destruido en el 1981 durante el conflicto armado interno, en el 1983 sus sobrinos retomaron el proyecto, transmitiendo conocimientos y saberes que hoy caracterizan a Tecpán como una referencia en productos artesanales de calidad. Aquel renacer desde una enramada de ciprés marcó un hito en el desarrollo socioeconómico local.

En paralelo, en el 1971 nació la finca San Vicente con sus productos lácteos Pasajinak —nombre que significa “Valle de Blancos Pajones” en kaqchikel—, consolidándose a partir del 1991 como industria lechera. Ambas marcas, hoy reconocidas a nivel nacional, abastecen hoteles, restaurantes y supermercados con productos que combinan tradición, calidad e innovación.

En el 2005, la visión compartida de diez empresarios locales dio paso a un esfuerzo articulado para transformar a Tecpán Guatemala en un verdadero destino gastronómico y turístico. Entre ellos se encontraban los fundadores de Katok, Kape Paulinos, El Pedregal, Hotel Albergues de Tecpán, San Ricardo, Chichoy, Las Flores, Chirijuyú, Chichavac y Rincón Suizo. Su objetivo era claro: dejar atrás la imagen de Tecpán como un lugar de paso y posicionarlo como un destino de estadías prolongadas, capaz de ofrecer experiencias auténticas y memorables.

Veinte años después, esa visión ha dado frutos. Tecpán Guatemala cuenta hoy con más de 50 restaurantes a lo largo de la carretera Interamericana, desde el kilómetro 78 hasta el 101, además de decenas de otros negocios surgidos en el centro del municipio y en comunidades aledañas. En el 2005 apenas existían cinco hoteles en el área. Hoy suman más de treinta, con una oferta que abarca desde hospedajes de lujo hasta casas de campo, cabañas, fincas históricas renovadas y hoteles rurales tradicionales.

Este crecimiento ha sido acompañado por una oferta complementaria de parques recreativos, zoológico, museos y reservas naturales privadas. El parque arqueológico de Iximché sigue siendo un punto esencial para comprender el origen e identidad de Tecpán, al igual que las tradiciones vivas que aún se celebran en las cofradías locales, en sus festividades religiosas y en la vida cotidiana.

Este desarrollo no ha sido producto del azar. Convertirse en un verdadero corredor gastronómico y turístico ha requerido visión, compromiso y, sobre todo, inversión en su gente. Tecpán ha apostado por la capacitación de sus pobladores, quienes hoy ocupan empleos dignos en restaurantes, hoteles, cabañas y otros servicios vinculados al turismo. Muchos han encontrado en este renacer una oportunidad para crecer profesional y personalmente, siendo parte esencial del motor que impulsa el desarrollo local.

La oferta actual es robusta y diversa: experiencias culinarias auténticas, hospedajes para todos los gustos y presupuestos, actividades culturales, históricas y recreativas, así como espacios de naturaleza y aventura. Tecpán Guatemala se ha consolidado como un destino integral que atrae a distintos segmentos de turistas: familias, parejas, excursionistas, amantes de la historia, fotógrafos, ciclistas, exploradores y viajeros en busca de descanso y conexión con la tierra.

El reto ahora es darlo a conocer aún más: que tanto guatemaltecos como extranjeros descubran que Tecpán Guatemala no es solo un punto de paso en la carretera, sino un lugar que merece ser vivido, explorado y disfrutado con calma. Quedarse una noche, o dos, es abrirse a una experiencia que combina historia, tradición, naturaleza y hospitalidad. Porque Tecpán tiene todo lo necesario para seguir creciendo como destino… solo falta que más personas se den la oportunidad de conocerlo y dejarse sorprender.

Vale la pena recordar que, en cada rincón de Tecpán Guatemala, la cultura y la magia les esperan con los brazos abiertos.

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ESCRITO POR:
Anna Mercedes de Lembke
CEO de Villa San Ricardo y activista líder del Turismo Rural de Guatemala y Comunitario.

 Prensa Libre | Guatemala

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