Oficialismo y oposición en nuevo pulso político por elección de Junta Directiva
A partir del 15 de octubre, el Congreso podrá elegir a su próximo presidente, cargo que Nery Ramos ha ocupado durante dos años gracias al respaldo oficialista.

La Junta Directiva del 2024-2025 tras la sustitución de Nery Ramos a Samuel Pérez como presidente del Congreso. Fotografía: Prensa Libre (Erick Avila).
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Los diputados se preparan para elegir la que podría ser la Junta Directiva más influyente de la décima legislatura, ya que deberá liderar las negociaciones políticas para la elección de futuros magistrados electorales y constitucionales.
En el 2026 se renovará el Tribunal Supremo Electoral (TSE) y la Corte de Constitucionalidad (CC). El pleno del Congreso elige a la totalidad de integrantes del TSE mientras que en el caso de la CC le corresponde nombrar a un magistrado titular y a uno suplente.
Quien presida el Congreso durante el periodo 2026-2027 será clave para alcanzar acuerdos en un Legislativo fragmentado por posturas ideológicas y diferencias políticas.
La Junta Directiva está integrada por un presidente, tres vicepresidentes y cinco secretarios. Quienes resulten electos definirán el rumbo de la agenda política del Organismo Legislativo para el 2026.
Las nuevas autoridades parlamentarias deben asumir funciones al iniciar el primer periodo de sesiones ordinarias del 2026, es decir, el 14 de enero. No obstante, la Ley Orgánica del Organismo Legislativo permite elegir la Junta Directiva hasta 90 días antes de esa fecha.
Fuentes legislativas que pidieron anonimato aseguran que tanto oficialistas como opositores buscan medir sus fuerzas durante octubre y, si reúnen los votos necesarios, concretar la elección anticipada.
Este pulso podría evidenciarse con la elección del primer secretario del Congreso, cargo actualmente vacante. El oficialismo pretende postular a la diputada Sonia Gutiérrez, mientras que la oposición impulsa a Héctor Aldana.

Incluso el diputado Samuel Pérez, en su fallido intento de celebrar una sesión secreta bajo el argumento de seguridad nacional, buscaba priorizar dicha elección por encima de la aprobación de la ley antipandillas.
Opciones oficialistas
Fuentes legislativas indican que el oficialismo ya descartó una pronta reforma a la Ley Orgánica del Organismo Legislativo (Lool) que permitiría a los diputados independientes optar directamente a la presidencia.
La cancelación del partido Movimiento Semilla impide que los 23 diputados electos bajo esa bandera puedan acceder a los cargos de control administrativo y político en disputa.
Además, la bancada oficialista está dividida en dos bloques: uno que busca preservar al partido, liderado por José Carlos Sanabria, y otro que impulsa una nueva propuesta política a través de Raíces, encabezada por Samuel Pérez.
El grupo de Semilla estaría promoviendo la candidatura del diputado Luis Contreras, del bloque Compromiso Renovación y Orden (Creo).

Desde el entorno oficialista también se menciona al diputado Julio Héctor Estrada, de Cabal y actual presidente de la Comisión de Finanzas del Congreso.

En el seno de Raíces se considera la posibilidad de una tercera reelección para Nery Ramos; sin embargo, algunos diputados se muestran escépticos por el desgaste político que enfrentó en el 2025.

Ramos lideró la Junta Directiva que aprobó un aumento salarial para los diputados. Aunque negó haber firmado las actas que ordenaban el pago, se contradijo al ser cuestionado. Tras publicarse las actas, reconoció la autorización y ofreció revertir el incremento, pero no lo hizo por un dictamen legislativo que lo impidió.
Candidatos de oposición
Del lado opositor, se busca respaldo para postular a un diputado con experiencia como presidente del Congreso durante la octava legislatura.
Álvaro Arzú Escobar, jefe del bloque Partido Unionista, presidió el Congreso cuando el gobierno de Jimmy Morales dio por terminada la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig).

Según fuentes legislativas, su perfil político y experiencia lo posicionan como uno de los candidatos más sólidos para presidir el Congreso en el 2026.
También se mencionan como posibles aspirantes los diputados Elmer Palencia y Sandra Jovel, ambos del bloque Valor. Esta última ya compitió por la presidencia del Congreso al inicio de la décima legislatura, pero fue vencida por la planilla encabezada por Ramos.
Puestos clave
Alejandro Solórzano, analista del Observatorio Legislativo, considera que la próxima Junta Directiva tendrá múltiples facultades para incidir en la renovación del TSE y la CC, además de influir en diversas iniciativas legislativas.
Según Solórzano, las negociaciones para conseguir apoyos abarcan desde temas administrativos, como la asignación de oficinas, hasta la distribución de fondos para tareas legislativas.
En el ámbito político, la Junta Directiva puede manipular el calendario de votaciones importantes, ya que la Lool no establece límites de tiempo para las mismas.
“La Junta Directiva podrá influir considerablemente en la elección del TSE y de magistrados para la CC. Todo pasa por ella, incluido el manejo del tiempo entre votaciones, lo que hace que esta elección sea más codiciada que en años anteriores. Puede convertirse incluso en un botín político”, explicó.
Agregó que la discrecionalidad en el tiempo de las votaciones influirá directamente en estos procesos. “Una votación puede resolverse en segundos o prolongarse durante horas”.
Pulso político
El peso de la próxima Junta Directiva centra la atención de oficialismo y oposición en una nueva disputa que, según el analista Francisco Quezada, del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien), podría inclinarse hacia cualquiera de los dos bloques.
“Creo que la oposición teme que el oficialismo, el próximo año, inicie una compra de votos abierta mediante programas sociales y clientelares, lo que los dejaría fuera del juego político”, advirtió.
Ese escenario limitaría las posibilidades de negociación de la oposición, que podría optar por ofrecer una distribución “más justa” de espacios entre bloques a cambio de apoyo.
“El incentivo que puede ofrecer la oposición es repartir recursos de forma más equitativa, para que cuando se negocien votos existan mayores garantías”, señaló Quezada, al advertir que el año preelectoral será políticamente intenso.
Frente a estos posibles escenarios de negociación, el mayor perjudicado es la ciudadanía, ya que las necesidades sociales siguen siendo desatendidas. “Se sacrifican proyectos estratégicos del Estado a cambio de beneficios clientelares”, concluyó.
A partir del 15 de octubre, el Congreso podrá elegir a su próximo presidente, cargo que Nery Ramos ha ocupado durante dos años gracias al respaldo oficialista.
Oficialismo y oposición en nuevo pulso político por elección de Junta Directiva
A partir del 15 de octubre, el Congreso podrá elegir a su próximo presidente, cargo que Nery Ramos ha ocupado durante dos años gracias al respaldo oficialista.

La Junta Directiva del 2024-2025 tras la sustitución de Nery Ramos a Samuel Pérez como presidente del Congreso. Fotografía: Prensa Libre (Erick Avila).
Los diputados se preparan para elegir la que podría ser la Junta Directiva más influyente de la décima legislatura, ya que deberá liderar las negociaciones políticas para la elección de futuros magistrados electorales y constitucionales.
En el 2026 se renovará el Tribunal Supremo Electoral (TSE) y la Corte de Constitucionalidad (CC). El pleno del Congreso elige a la totalidad de integrantes del TSE mientras que en el caso de la CC le corresponde nombrar a un magistrado titular y a uno suplente.
Quien presida el Congreso durante el periodo 2026-2027 será clave para alcanzar acuerdos en un Legislativo fragmentado por posturas ideológicas y diferencias políticas.
La Junta Directiva está integrada por un presidente, tres vicepresidentes y cinco secretarios. Quienes resulten electos definirán el rumbo de la agenda política del Organismo Legislativo para el 2026.
Las nuevas autoridades parlamentarias deben asumir funciones al iniciar el primer periodo de sesiones ordinarias del 2026, es decir, el 14 de enero. No obstante, la Ley Orgánica del Organismo Legislativo permite elegir la Junta Directiva hasta 90 días antes de esa fecha.
Fuentes legislativas que pidieron anonimato aseguran que tanto oficialistas como opositores buscan medir sus fuerzas durante octubre y, si reúnen los votos necesarios, concretar la elección anticipada.
Este pulso podría evidenciarse con la elección del primer secretario del Congreso, cargo actualmente vacante. El oficialismo pretende postular a la diputada Sonia Gutiérrez, mientras que la oposición impulsa a Héctor Aldana.

Incluso el diputado Samuel Pérez, en su fallido intento de celebrar una sesión secreta bajo el argumento de seguridad nacional, buscaba priorizar dicha elección por encima de la aprobación de la ley antipandillas.
Opciones oficialistas
Fuentes legislativas indican que el oficialismo ya descartó una pronta reforma a la Ley Orgánica del Organismo Legislativo (Lool) que permitiría a los diputados independientes optar directamente a la presidencia.
La cancelación del partido Movimiento Semilla impide que los 23 diputados electos bajo esa bandera puedan acceder a los cargos de control administrativo y político en disputa.
Además, la bancada oficialista está dividida en dos bloques: uno que busca preservar al partido, liderado por José Carlos Sanabria, y otro que impulsa una nueva propuesta política a través de Raíces, encabezada por Samuel Pérez.
El grupo de Semilla estaría promoviendo la candidatura del diputado Luis Contreras, del bloque Compromiso Renovación y Orden (Creo).

Desde el entorno oficialista también se menciona al diputado Julio Héctor Estrada, de Cabal y actual presidente de la Comisión de Finanzas del Congreso.

En el seno de Raíces se considera la posibilidad de una tercera reelección para Nery Ramos; sin embargo, algunos diputados se muestran escépticos por el desgaste político que enfrentó en el 2025.

Ramos lideró la Junta Directiva que aprobó un aumento salarial para los diputados. Aunque negó haber firmado las actas que ordenaban el pago, se contradijo al ser cuestionado. Tras publicarse las actas, reconoció la autorización y ofreció revertir el incremento, pero no lo hizo por un dictamen legislativo que lo impidió.
Candidatos de oposición
Del lado opositor, se busca respaldo para postular a un diputado con experiencia como presidente del Congreso durante la octava legislatura.
Álvaro Arzú Escobar, jefe del bloque Partido Unionista, presidió el Congreso cuando el gobierno de Jimmy Morales dio por terminada la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig).

Según fuentes legislativas, su perfil político y experiencia lo posicionan como uno de los candidatos más sólidos para presidir el Congreso en el 2026.
También se mencionan como posibles aspirantes los diputados Elmer Palencia y Sandra Jovel, ambos del bloque Valor. Esta última ya compitió por la presidencia del Congreso al inicio de la décima legislatura, pero fue vencida por la planilla encabezada por Ramos.
Puestos clave
Alejandro Solórzano, analista del Observatorio Legislativo, considera que la próxima Junta Directiva tendrá múltiples facultades para incidir en la renovación del TSE y la CC, además de influir en diversas iniciativas legislativas.
Según Solórzano, las negociaciones para conseguir apoyos abarcan desde temas administrativos, como la asignación de oficinas, hasta la distribución de fondos para tareas legislativas.
En el ámbito político, la Junta Directiva puede manipular el calendario de votaciones importantes, ya que la Lool no establece límites de tiempo para las mismas.
“La Junta Directiva podrá influir considerablemente en la elección del TSE y de magistrados para la CC. Todo pasa por ella, incluido el manejo del tiempo entre votaciones, lo que hace que esta elección sea más codiciada que en años anteriores. Puede convertirse incluso en un botín político”, explicó.
Agregó que la discrecionalidad en el tiempo de las votaciones influirá directamente en estos procesos. “Una votación puede resolverse en segundos o prolongarse durante horas”.
Pulso político
El peso de la próxima Junta Directiva centra la atención de oficialismo y oposición en una nueva disputa que, según el analista Francisco Quezada, del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien), podría inclinarse hacia cualquiera de los dos bloques.
“Creo que la oposición teme que el oficialismo, el próximo año, inicie una compra de votos abierta mediante programas sociales y clientelares, lo que los dejaría fuera del juego político”, advirtió.
Ese escenario limitaría las posibilidades de negociación de la oposición, que podría optar por ofrecer una distribución “más justa” de espacios entre bloques a cambio de apoyo.
“El incentivo que puede ofrecer la oposición es repartir recursos de forma más equitativa, para que cuando se negocien votos existan mayores garantías”, señaló Quezada, al advertir que el año preelectoral será políticamente intenso.
Frente a estos posibles escenarios de negociación, el mayor perjudicado es la ciudadanía, ya que las necesidades sociales siguen siendo desatendidas. “Se sacrifican proyectos estratégicos del Estado a cambio de beneficios clientelares”, concluyó.
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Prensa Libre | Guatemala