La final entre Argentina y Marruecos en el U-20 dejó como resultado mucho más que un marcador, mostró que en el fútbol juvenil, la táctica, la mentalidad y la eficacia… La final entre Argentina y Marruecos en el U-20 dejó como resultado mucho más que un marcador, mostró que en el fútbol juvenil, la táctica, la mentalidad y la eficacia…
- Africanos tocan la gloria y vence con autoridad 2-0 a Argentina en la gran final del Campeonato del Mundo Sub-20 que se disputó en Chile.
- La Figura del partido fue Yassir Zabiri el anotador de los dos goles de la victoria, el primero al minuto 12 y el segundo al minuto 19 que le dio su primer título mundial a la Selección Nacional de Marruecos
La final entre Argentina y Marruecos en el U-20 dejó como resultado mucho más que un marcador, mostró que en el fútbol juvenil, la táctica, la mentalidad y la eficacia pesan tanto como el talento.
Argentina, un gigante de la categoría, fue superado por un Marruecos que se presentó con convicción, estrategia y capacidad para definir. Esta victoria representa un cambio de paradigma para el fútbol marroquí juvenil, y a Argentina le deja claro que incluso los más grandes necesitan adaptarse y evolucionar para seguir en la cima.
Desde el pitido inicial, Argentina asumió la posesión con una intención clara de imponer su estilo: dominio territorial, control del balón, circulación buscando crear ocasiones. Así lo muestran los números: tuvieron aproximadamente un 75 % de la posesión frente al 25 % aproximado de Marruecos.

Sin embargo, Marruecos se presentó con orden, solidez defensiva y capacidad para el contragolpe. A pesar de su condición de menor posesión, supo aguantar los embates argentinos y ser peligroso cuando recuperaba el balón.
La ventaja marroquí llegó tras una transición rápida de ataque, concretando la que sería la primera de las dos dianas. Luego, al ampliar la ventaja a 2-0, se consolidaron en el partido, obligando a Argentina a ir al frente con prisas y dejando espacios que Marruecos supo explotar.
Argentina lo intentó: tiros, centros, presión avanzada, pero le faltó claridad en el último pase, definición y, ante todo, generó pocas ocasiones verdaderamente peligrosas frente al marco rival. Marruecos, por su parte, lo hizo con menos oportunidades, pero con mayor eficacia.
En el tramo final, Argentina apretó aún más, pero la ansiedad creció y se volvió más previsible. Marruecos se mantuvo disciplinado, defendió bien, supo conservar la ventaja y alzarse con el título.
Lo más destacable de Marruecos
Eficiencia defensiva y transición rápida: Pese a tener poca posesión (25 %), Marruecos se mostró muy sólido en defensa, con buena organización, anticipaciones y segunda acción tras pérdida.
Capacidad para golpear cuando lo necesitaban: Con menor número de ataques, supieron concretar en momentos clave, lo que marca la diferencia en una final.
Mentalidad de equipo y confianza en sí mismos: Se presentaron como un rival que podía pelear de tú a tú ante una potencia como Argentina.
Gestión del partido tras ponerse por delante: Una vez lograda la ventaja, bajaron su ritmo, priorizaron el orden y evitaron que Argentina generara ocasiones fáciles.
Lo que le faltó a Argentina
Concretar el dominio de posesión en ocasiones claras: Tener el balón no bastó. El equipo argentino tuvo dificultades para romper líneas defensivas y generar disparos creíbles al arco rival.
Adaptación táctica cuando no fluía el plan inicial: Si bien su estilo es conocido, ante un equipo tan bien organizado como Marruecos, faltó un plan B convincente.
Precisión ofensiva y toma de decisiones bajo presión: En finales, los errores se pagan caro, y Argentina cometió algunos que le costaron oportunidades.
Capacidad de reacción al verse por detrás: Al encajar el primer gol, Argentina se vio forzada a variar su planteamiento, lo cual generó desorden en algunos momentos, e implicó vulnerabilidad.

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