Los ataques que los colonos judíos están intensificando contra poblaciones palestinas en las últimas semanas no se olvidan de Taybeh, en el norte de la Cisjordania ocupada. Se trata de la única localidad en la que el 100% de la población es cristiana y donde, según la tradición, permaneció Jesús con los apóstoles hasta poco antes de ser crucificado. Los restos de la iglesia de San Jorge, del siglo V, y el vecino cementerio bizantino fueron objetivo de los radicales judíos el pasado 7 de julio, cuando prendieron fuego al entorno. Ese fue uno de los cuatro ataques que ha sufrido la localidad en los últimos días. Los asaltos de los radicales suponen una “herramienta para borrar la herencia cristiana palestina en Cisjordania”, sostiene la ONG de derechos humanos Balasan a través de un comunicado. En los meses precedentes, los colonos se han venido adueñando de en torno a un cuarto de la tierra del municipio, esencialmente olivares, según detalla el exalcalde David Khouri.
Una misión religiosa y diplomática trata de salvar el municipio, que tiene un 25% de sus tierras ocupadas por extremistas israelíes y que ha visto incrementado el nivel de violencia con el incendio en el entorno de una iglesia del siglo V
Los ataques que los colonos judíos están intensificando contra poblaciones palestinas en las últimas semanas no se olvidan de Taybeh, en el norte de la Cisjordania ocupada. Se trata de la única localidad en la que el 100% de la población es cristiana y donde, según la tradición, permaneció Jesús con los apóstoles hasta poco antes de ser crucificado. Los restos de la iglesia de San Jorge, del siglo V, y el vecino cementerio bizantino fueron objetivo de los radicales judíos el pasado 7 de julio, cuando prendieron fuego al entorno. Ese fue uno de los cuatro ataques que ha sufrido la localidad en los últimos días. Los asaltos de los radicales suponen una “herramienta para borrar la herencia cristiana palestina en Cisjordania”, sostiene la ONG de derechos humanos Balasan a través de un comunicado. En los meses precedentes, los colonos se han venido adueñando de en torno a un cuarto de la tierra del municipio, esencialmente olivares, según detalla el exalcalde David Khouri.
El elevado grado de creciente violencia y el ataque al templo han disparado las alarmas entre los máximos responsables de la comunidad cristiana de Tierra Santa y una veintena de delegaciones diplomáticas de todo el mundo, entre ellas la española, que este lunes se han desplazado a Taybeh en una misión de solidaridad. Los religiosos reclaman a la comunidad internacional ayuda con hechos ante la ONU y otros organismos y no solo con comunicados para que la actual violencia cese en la zona, pues la situación es similar en todos los pueblos de alrededor, donde solo en los últimos días han muerto seis vecinos durante asaltos de colonos. Los dos últimos fueron enterrados el domingo.
Según un escrito leído ante los presentes por Bashar Fawadleh, responsable de la iglesia católica de Taybeh, la comunidad religiosa reclama, en primer lugar, el fin “inmediato” de los ataques y que los responsables rindan cuentas ante la justicia de acuerdo con la Convención de Ginebra, que regula los derechos humanos en tiempos de guerra. Seguidamente, el desmantelamiento de los asentamientos ilegales instalados en el territorio de Taybeh. Finalmente, que se garantice el acceso a las tierras de cultivo, especialmente a los olivares. Asimismo, solicitan que Taybeh sea incluida en un programa de especial protección por sus características religiosas, históricas y patrimoniales y que la depauperada población local, de unas 1.300 personas, sea atendida y protegida.
“Somos atacados porque somos palestinos”, afirma a EL PAÍS Fawadleh, convencido de que las agresiones no tienen credo. Pero se muestra decidido a no dejarse expulsar, pese a que considera que “todo esto está pasando porque hay un plan, no tiene que ver con la guerra en Gaza o con el 7 de octubre”. “Es un plan con la vista puesta en la tierra”, señala. “La finalidad es matar a la gente y quemar las casas”, asegura. El número de cristianos en Palestina ronda actualmente los 50.000, en torno al 1% de la población.
Fawadleh destaca la soledad y el abandono ante el que se encuentran: “No hay policía, ni ejército, ni soldados israelíes, ni autoridad de ocupación, pese a que les hemos llamado dos o tres veces para que acudan, pero no han venido a protegernos”. Las cartas oficiales enviadas a las autoridades de Israel tampoco han surtido efecto. Balasan ha recogido los testimonios de algunos vecinos testigos que afirman que los soldados se presentan para proteger a los colonos.
El padre Fawadleh ha sido uno de los que ha guiado al grupo liderado por el patriarca Teófilo III, cabeza de la Iglesia griega ortodoxa en Tierra Santa, y al cardenal Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén, jefe de la Iglesia católica y que estuvo en las quinielas de papables el pasado mes de abril. Una treintena de religiosos han rezado al aire libre delante de un pequeño altar en las ruinas del templo de San Jorge antes de acudir al lugar al que los colonos prendieron fuego, en la parte de atrás del templo, junto al cementerio, también afectado. Teófilo III ha pedido el fin de los “sistemáticos ataques de estos radicales”. Para Fawadleh, “Taybeh se ha convertido en la última línea de defensa de una presencia cristiana viva en la tierra de Jesús”.
Sin desmerecer las raíces cristianas, el daño económico que sufre la población es lo que preocupa especialmente a David Khouri. Fue alcalde de Taybeh entre 2005 y 2012 y recuerda las distintas oleadas migratorias que han sacudido la localidad hasta que la población ha quedado reducida a la actual. “Hay que crear empleos para que la gente no se vaya”, recalca mientras incide en dos males: la imposibilidad de trabajar las tierras por la amenaza de judíos extremistas y la supresión de permisos de trabajo en territorio israelí por la guerra de Gaza. Primero, los colonos van tomando los altos de las colinas de alrededor y van montando nuevos asentamientos, explica Khouri, que hace tres décadas fundó junto a su hermano la próspera marca de cerveza Taybeh, emblema empresarial del municipio.
El exalcalde de Taybeh aclara sobre los colonos: “La nueva técnica es que se despliegan como pastores y no dejan a nadie acceder a esas tierras de las que se adueñan; su objetivo es confiscar la tierra y echarnos”. Es así, explica, como un cuarto de las tierras cultivables de Taybeh, que son en total en torno a 2.400 hectáreas, están ya bajo control de los radicales judíos.
“Estos ataques cuentan con una naturaleza estratégica y son el resultado de un hecho muy alarmante: la creación de una nueva unidad de policía de colonos”, alerta Balasan en el comunicado. Esa unidad fue anunciada días atrás por el Ministerio de Seguridad Nacional que dirige el ultranacionalista Itamar Ben Gvir, él mismo un colono. El objetivo de ese nuevo cuerpo es apuntalar el plan israelí de anexionarse territorio palestino y una “política deliberada de desplazamiento forzoso”, añade la ONG. “Si usted trae ahora mismo un avión a Taybeh, aquí no se queda nadie”, escenifica el exalcalde Khouri.
El propio Pizzaballa lo reconoce de forma algo más diplomática: “La tentación de emigrar está ahí”, aunque no solo para los cristianos, aclara. Lo dice tras detallar que del principal núcleo de cristianos de Cisjordania, el formado por Belén, Beit Yala y Beit Sahur, se han marchado en torno a un centenar de familias en los últimos dos años. “La única ley es el poder”, sentencia el cardenal, que aunque afirma en algunas de sus respuestas en Taybeh que no es político, deja claro que sabe enviar mensajes.
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