La tragedia del sumergible Titan, que implosionó en 2023 durante una expedición a los restos del Titanic y causó la muerte de las cinco personas a bordo, pudo haberse evitado, ha concluido la Guardia Costera de Estados Unidos en un informe publicado el martes, tras dos años de investigación.
El submarino de OceanGate tenía un diseño inadecuado, un mantenimiento deficiente y no había pasado inspecciones rigurosas
La tragedia del sumergible Titan, que implosionó en 2023 durante una expedición a los restos del Titanic y causó la muerte de las cinco personas a bordo, pudo haberse evitado, ha concluido la Guardia Costera de Estados Unidos en un informe publicado el martes, tras dos años de investigación.
La Junta de Investigación Marina ha determinado que los factores que contribuyeron al accidente fueron el diseño inadecuado del sumergible, la falta de certificación, el mantenimiento deficiente y la ausencia de inspecciones rigurosas por parte de OceanGate, la empresa operadora del Titan, que cesó sus operaciones tras lo sucedido. “Este siniestro marítimo y la pérdida de cinco vidas se pudieron evitar”, ha declarado Jason Neubauer, responsable de la investigación.
Un exempleado de la compañía responsable de la expedición, David Lochridge, ha afirmado a la cadena BBC que “hay muchas cosas que podrían haberse hecho de otra manera”. “Desde el diseño inicial hasta la construcción y las operaciones. A la gente le vendieron una mentira”, ha afirmado Lochridge, a quien OceanGate despidió después de que avisara sobre problemas de seguridad en 2018.
La desaparición del Titan en las profundidades del océano Atlántico, el 18 de junio de 2023, atrajo la atención mundial y desató una intensa búsqueda por parte de las autoridades estadounidenses y canadienses. Cuatro días después, la Guardia Costera estadounidense determinó que el sumergible había implosionado matando a las cinco personas a bordo, incluido Stockton Rush, director ejecutivo de OceanGate, que era el piloto de la nave.
“La investigación de dos años ha identificado múltiples factores que contribuyeron a esta tragedia, lo que ha aportado valiosas lecciones para prevenir que vuelva a ocurrir”, apunta Neubauer en el informe. La junta también determina que OceanGate “no investigó ni abordó adecuadamente” las anomalías ocurridas en una expedición anterior al Titanic que llevaron a cabo en 2022. Los investigadores apuntan que “el sistema de monitoreo en tiempo real del Titan generó datos que deberían haberse analizado”.
A raíz de la investigación, la Guardia Costera recomienda reforzar la regulación y supervisión de sumergibles, ampliar los requisitos de seguridad para inmersiones científicas o comerciales, y exigir documentación para todos los sumergibles estadounidenses. También propone aumentar el personal de la Guardia Costera para mejorar la supervisión de nuevas construcciones e inspecciones, así como exigir planes de buceo y emergencia, evaluar capacidades de rescate submarino, y establecer normas internacionales.
A bordo del Titan iban el empresario y explorador británico Hamish Harding, el experto francés en el Titanic Paul-Henry Nargeolet y el empresario pakistaní y británico Shahzada Dawood, junto a su hijo Suleman. El precio por persona para participar en la expedición turística al Titanic era de 250.000 dólares y la inmersión tenía una duración aproximada de ocho horas.
El día de la tragedia, el Titan perdió contacto con la superficie una hora y 45 minutos después de iniciar el descenso hacia los restos del Titanic. La familia de Paul-Henri Nargeolet presentó una demanda por negligencia contra OceanGate, reclamando una indemnización millonaria y alegando que la empresa operó el sumergible a pesar de antecedentes de fallos.
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