“Let the boys be boys”. Esa expresión, que pide que se deje a los muchachos comportarse como tales, sirve en Estados Unidos para disculpar los desmanes que salen de mezclar en exceso juventud y testosterona. Suele resurgir con cierta recurrencia últimamente en el discurso republicano para tratar de zanjar las críticas demócratas que, desde la derecha, se atribuyen a un exceso de celo woke o, aún peor, al espíritu censor de la izquierda para cercenar la libertad de expresión.
El vicepresidente de EE UU esgrime que no se puede arruinar la vida de universitarios que cometieron la “estupidez” de hacer comentarios sobre enviar a sus oponentes a las cámaras de gas
El vicepresidente de Estados Unidos, J. D. Vance, defendió el pasado miércoles a jóvenes líderes republicanos de los Estados de Nueva York, Kansas, Arizona y Vermont que durante siete meses compartieron mensajes racistas y xenófobos en un chat privado de Telegram. Expresiones como “Yo amo a Hitler”, o “¿Podemos arreglar las duchas? Las cámaras de gas no encajan con la estética de Hitler”, han salido a la luz esta semana tras una investigación del sitio digital Politico. Estos comentarios han sido criticados no solo por representantes del Partido Demócrata, sino también por republicanos. Pero el vicepresidente, de 41 años y padre de tres hijos, se ha referido a los participantes como “chicos” o “jóvenes”, aunque algunos de los líderes involucrados tienen entre 24 y 35 años.
“La realidad”, argumentó Vance, “es que los chicos hacen cosas estúpidas, especialmente los varones jóvenes, cuentan bromas atrevidas y ofensivas. Eso es lo que hacen los chicos. Y realmente no quiero que crezcamos en un país donde un niño contando una broma estúpida, contando una broma ofensiva y estúpida, sea motivo para arruinar sus vidas”.
Vance efectuó estas declaraciones en The Charlie Kirk Show, el pódcast fundado por el activista ultraconservador recientemente asesinado, un estrecho aliado de Vance y del presidente Donald Trump.
Los mensajes fueron intercambiados a lo largo de siete meses, entre enero y agosto. “Estás dando demasiado crédito a los nacionales y esperando que los judíos sean honestos”, se puede leer. Otro participante advierte: “Si alguna vez tuviéramos una filtración de este chat, estaríamos fritos”. El sitio Politico asegura que al menos un miembro de los participantes en el grupo trabaja en la Administración de Trump.
El vicepresidente, quien ha expresado su apoyo en varias ocasiones a los partidos europeos de ultraderecha, continuó su razonamiento en el pódcast: “Vivimos en un mundo digital. Estas cosas ahora quedan grabadas para siempre en internet. Todos vamos a tener que decir: ‘¿Sabes qué? No, no, no, no vamos a hacer esto. No vamos a cancelar a los niños porque hagan algo estúpido en un chat grupal’. Y si tengo que ser yo quien transmita ese mensaje, no me importa».
Mientras Vance defendía a los integrantes de este grupo, el gobernador de Vermont, el republicano Phil Scott, ha pedido que el líder del grupo Jóvenes Republicanos de Vermont, Sam Douglass, renuncie a su puesto de forma inmediata y abandone el partido.
En el mismo sentido se ha expresado en la red social X el congresista republicano por Nueva York Mike Lawler: “Los comentarios profundamente ofensivos y llenos de odio, supuestamente hechos en un chat privado entre miembros de los Jóvenes Republicanos del Estado de Nueva York, son repugnantes. Deberían renunciar a cualquier puesto de liderazgo de inmediato y reflexionar sobre cuánto se han alejado del respeto y la decencia humanos básicos”.
Por su parte, la Federación Nacional de Jóvenes Republicanos calificó el comportamiento en un comunicado de “vil e inexcusable” y también exigió la dimisión inmediata de los involucrados. Esta organización la componen miembros de entre 18 y 40 años y cuenta con una delegación en cada Estado.
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