Los técnicos planean múltiples escenarios: ¿Qué hacer en posesión? ¿Cómo replegarse sin balón?, Pero estos ajustes tácticos requieren jugadores versátiles… Hugo Castillo Aragón El fútbol moderno ha evolucionado de una… Los técnicos planean múltiples escenarios: ¿Qué hacer en posesión? ¿Cómo replegarse sin balón?, Pero estos ajustes tácticos requieren jugadores versátiles… Hugo Castillo Aragón El fútbol moderno ha evolucionado de una…

Los técnicos planean múltiples escenarios: ¿Qué hacer en posesión? ¿Cómo replegarse sin balón?, Pero estos ajustes tácticos requieren jugadores versátiles…
Hugo Castillo Aragón
El fútbol moderno ha evolucionado de una manera que sorprendería incluso a los más visionarios de hace muchas décadas. En el pasado, cada posición tenía un desempeño definido y establecido: el delantero se encargaba de anotar, el defensor de detener los ataques y el mediocampista de distribuir el juego, ni más ni menos.
Sin embargo, en la actualidad el fútbol se ha convertido en un juego más dinámico, donde la táctica reina y la exigencia hacia los jugadores es sin duda mayor que nunca, por eso cambió tanto el físico de los protagonistas y muchas veces se ven cuestionados cuando caminan en la cancha, tal y como lo hicieron Vinicius y Mbappeé en la semifinal del Mundial de Clubes entre Real Madrid y PSG.
Las dos estrellas no entraron a la dinámica actual de defender desde la salida del otro equipo y el Real Madrid sufrió como nunca. Además, encajó un 0-4 muy doloroso para el nuevo proyecto del español Xabi Alonso.
En las últimas dos décadas, la táctica se ha convertido en un pilar fundamental del fútbol. Equipos como el Barcelona de Pep Guardiola o la selección española campeona del mundo en 2010 popularizaron el juego de posesión, donde el control del balón y los movimientos sin él se coordinan con una precisión casi matemática, aunque tenía detractores que no terminaban de aceptar ese llamado tiki taka de muchos pases pero poca profundidad.
La presión alta, introducida por entrenadores como Jürgen Klopp, ha cambiado la forma en que los equipos defienden, presionando al rival desde el primer tercio del campo contrario, recordando también la Holanda de 1974 el equipo que para muchos expertos cambió la dinámica del juego, estilo que en el recién disputado Mundial de Clubes puso en práctica con precisión el campeón Chelsea y también el PSG de Luis Enrique.
La táctica ya no se limita a esquemas sencillos como un 4-4-2 o un 4-3-3. Hoy, estos números son solo referencias iniciales, ya que los sistemas cambian constantemente durante los partidos.
Los técnicos planean múltiples escenarios: ¿Qué hacer en posesión? ¿Cómo replegarse sin balón?, Pero estos ajustes tácticos requieren jugadores versátiles que puedan cumplir varias funciones a lo largo de los 90 minutos, en otras palabras correr, correr y correr.
La evolución de las tácticas ha dado lugar a un nuevo prototipo de jugador: el «todoterreno». En el pasado, un delantero como Gerd Müller podía dedicarse exclusivamente a anotar goles, o un defensor como Franco Baresi podía centrarse únicamente en proteger su área.
Hoy se espera que incluso que los atacantes sean los primeros defensores y que los defensores contribuyan al ataque. Los laterales, por ejemplo, ya no solo son velocistas que desbordan y centran. Ahora, deben saber replegarse rápidamente, colaborar en la recuperación del balón y, en muchos casos, jugar por dentro como mediocampistas adicionales.
Incluso los porteros han tenido que adaptarse. El papel del arquero líbero, popularizado por Manuel Neuer, exige que los guardametas sean hábiles con los pies, capaces de actuar como un defensor más cuando el equipo necesita salir jugando.
Los partidos de alta intensidad, la presión constante y la necesidad de tomar decisiones rápidas en espacios reducidos implican que los jugadores deben ser atletas completos.
Según estudios recientes, un futbolista profesional recorre entre 10 y 13 kilómetros por partido, muchos de ellos a alta velocidad. Además, deben mantener un nivel de concentración extraordinario durante los 90 minutos, ya que un error táctico puede costar un gol y sobre todo el resultado.
El juego moderno está en constante evolución y es difícil saber hacia dónde se dirige. ¿Llegará un punto en el que los jugadores sean robots tácticos sin margen para la improvisación?, ¿O veremos un regreso a un estilo más libre y creativo?. Por ahora, las tendencias apuntan a un equilibrio entre la táctica y la creatividad, donde el talento individual encuentra su lugar dentro de un esquema colectivo.
La exigencia de atacar y defender, de ser un jugador completo, ha elevado el nivel del juego, pero también ha redefinido lo que significa ser futbolista profesional.
Los más nostálgicos añoran esos equipos en donde el 10 predominaba y marcaba las pausas y cambios de ritmo del partido, al estilo de Diego Maradona quien jugaba en un cuadro, corría menos, pero era capaz de demoler al equipo rival con sus pases perfectos y esa visión de juego que muy pocos jugadores han tenido.
El fútbol sigue siendo un juego de once contra once, pero más rapido y menos vistozo. Son tiempos distintos.
Deportes – Crónica