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Licitación PEG-5: El país apuesta por el gas natural, pese a dudas sobre infraestructura y precios
La licitación PEG 5 contempla adjudicar 1 mil 550 megavatios de generación eléctrica por 15 años. El gas natural podría cubrir hasta 700 MW como energía de base en medio de un debate técnico y geopolítico.

En la quinta licitación para contratos de largo plazo del Plan de Expansión de Generación de Energía (PEG), conocida como PEG 5, requiere 1 mil 550 megavatios, de los cuales 1 mil 400 megavatios de potencia garantizada con plantas y recursos de generación de base, donde podría optarse por gas natural, y generación complementaria, además 150 megavatios de potencia instalada para energía. (Foto, Prensa Libre: Shutterstock).
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Con la licitación para contratación de generación de electricidad más grande que ha lanzado el país, conocida como PEG 5, han surgido expectativas positivas, pero también interrogantes. En ambos casos, se derivan no solo por el volumen, sino por las tecnologías y recursos para generar que podrían contratarse, en especial, la posibilidad de integrar un alto volumen de gas natural.
El objetivo es suministrar por un máximo de 15 años a las distribuidoras Empresa Eléctrica de Guatemala (EEGSA) y Energuate (Distribuidora de Electricidad de Occidente, S. A. -Deocsa- y Distribuidora de Electricidad de Oriente, S. A. -Deorsa-), las cuales en conjunto componen el 68% de la demanda regulada en el país, según datos del sector.
Del volumen que se está licitando, son 1 mil 400 megavatios de potencia garantizada y 150 megavatios de potencia instalada, explicó Dimas Carranza, integrante de la Junta Licitadora de las distribuidoras por parte de Energuate.
En la primera cifra mencionada, se prevé que 700 megavatios sean para generación de base (que opera las 24 horas todo el año) y se está apuntando a que pueda ser con gas natural. Algunos de los requisitos son temas de eficiencia en la generación y bajos niveles de emisión de gases respecto de otras tecnologías. Con base en ello, según las autoridades de energía del país, como el ministro de Energía, Víctor Hugo Ventura, esos 700 MW, o incluso más, serían con gas natural.
Carranza explicó que este segmento puede ser hasta de 700 MW de centrales nuevas, con emisiones no superiores al gas natural, etano o propano. Lo que se está pidiendo son tecnologías más amigables con el medioambiente para la base de generación, porque para las tecnologías renovables sería muy complejo pensar que puedan cubrirse, por las características propias del recurso, de contar con ellos las 24 horas, los 365 días del año. Sin embargo, esa característica sí la tienen combustibles como gas natural, etano o gas propano.
Mientras que los otros 700 megavatios (o lo que reste) serán de generación complementaria, donde pueden integrarse otros recursos. En este caso, pueden ser centrales de generación con tecnologías existentes, pero que puedan combinarse con otros recursos, incluyendo renovables.
En tanto, el segmento de los 150 MW está relacionado con centrales renovables que, por sus características, no pueden garantizar potencia, como solares, eólicas o biomasa.
¿Es conveniente contratar gas en esta coyuntura de guerra comercial?
Una de las dudas que surgen actualmente es la conveniencia de contratar altos volúmenes de generación con gas natural en el contexto de una guerra comercial de Estados Unidos con otros países, ya que Guatemala no produce actualmente una cantidad suficiente para ello y se empezaría a depender de las importaciones.
En la actualidad, la capacidad de generación instalada de potencia efectiva a marzo de 2025 es de 3 mil 620.7 megavatios, de los cuales 15.10 MW son generados con gas natural, según datos de la AMM. Con un contrato de largo plazo, la planta Energía del Caribe provee a Guatemala de electricidad producida a partir del gas natural desde Estados Unidos, mientras que la planta se ubica en México y se importa al país la electricidad.
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Consultado el ministro de Energía y Minas acerca de la expectativa de participación y resultados de la licitación PEG 5, comentó que es la clave para la transición energética, con la cual se prevé adjudicar alrededor de 700 MW de energía de base de bajas emisiones y dejar el resto abierto a propuestas de cualquier tipo de energía renovable.
Respecto a que ese volumen sea de generación con gas natural que tendría que ser importado al país, y al posible impacto coyuntural de la guerra comercial, Ventura considera que ese recurso es una buena opción, considerando que es un combustible flexible que provee energía firme, que ofrece una buena combinación de eficiencia, menor impacto ambiental en comparación con otros fósiles y flexibilidad operativa. Añade que es ideal como respaldo para energías renovables, ya que puede entrar en funcionamiento rápidamente, y correspondería a una ventaja geográfica que el país tiene con México.
Sin embargo, el funcionario explicó que importar ese gas y otros procesos con ese combustible requieren inversión en infraestructura que no existe en el país. Por ejemplo, la infraestructura de regasificación de ese gas y la de almacenamiento, aparte de la planta de generación. Ventura respondió recientemente a Prensa Libre que esa inversión debe hacerla la compañía que resulte adjudicada como parte de su proyecto de generación.
Carranza explicó que hay dos posibilidades: una es que el ingreso sea por el Atlántico o por el Pacífico, o por ambos. En ese caso, también tendrán que hacerse nuevas instalaciones para poder recibir este combustible. También existe la posibilidad de tener almacenamientos flotantes o en tierra, y eso requiere una inversión muy grande, explica Ventura. “Entonces, adicionalmente, quien gane la (adjudicación de la) oferta tendrá que hacer todas las operaciones financieras, que llevan tiempo, y luego se construyen las obras”. Sin embargo, considera que se está a tiempo para que entren a suministrar a partir del año 2030.
Consultado Carranza sobre la conveniencia o no de contratar un alto volumen de generación con gas natural, tomando en cuenta la coyuntura actual de incertidumbre y volatilidad de precios en los mercados, derivado de las decisiones del presidente de Estados Unidos, el integrante de la Junta Licitadora respondió que es conveniente por las oportunidades que se tienen en la actualidad.
Las inversiones de las dos licitaciones, Peg 5 y PET 3, pueden superar los US$5 mil millones, dijo Mario Naranjo, gerente general de EEGSA, mientras que Paulo Parra, gerente general de Deocsa y Deorsa, expresó las buenas condiciones que tiene el país para invertir @prensa_libre pic.twitter.com/gYFnbREGLe
— Rosa María Bolaños (@rbolanos_pl) April 23, 2025
Explicó que Estados Unidos está en una etapa muy importante de inversiones en desarrollo de perforaciones y explotación de gas natural, con lo cual podría tener excedentes para exportar, y que se puedan aprovechar en países como Guatemala. Agregó que también hay otros mercados proveedores como Trinidad y Tobago y parte de Sudamérica, pero serán los oferentes quienes deberán analizarlos, buscar competitividad y ser adjudicados en el proceso de licitación.
Por aparte, Alfonso González, presidente de la Asociación de Generadores de Energía Renovable (Ager), indicó que entrarán en la etapa de análisis de las bases de licitación para identificar los retos y oportunidades que tiene la energía renovable. Sin embargo, adelantó que es muy importante que dichas bases permitan el aumento de la instalación de plantas renovables que le den certeza al precio de la tarifa en el largo plazo y sostenibilidad ambiental al país, reduciendo así la dependencia de los combustibles fósiles.
El anhelo es que estos procesos de licitación vayan muy orientados hacia la independencia, es decir, que en la mayor medida se logre que el país no dependa de importar combustibles o energía eléctrica. Por ello, se espera que se pueda incluir generación eléctrica renovable, dijo González.
Consultado respecto a qué tipo de recursos se deberían contratar, el directivo de Ager comentó que deberían tomarse en cuenta los renovables, y que, en el caso del gas natural, considera que podrían ser unos 400 MW que sirvan como un proceso de transición mientras se desarrolla el potencial local que se tiene de los recursos naturales, que solo están aprovechados en una mínima parte. En el caso de la geotermia, se debería tener un plan serio para que se vuelva parte de las plantas de base, ya que las características de la tecnología lo permiten.
“Al hablar de 700 MW para gas natural, nos preocupa el compromiso que asuma el país, de alguna u otra manera, en la compra de esos combustibles fósiles que nosotros no producimos”.
Agregó que algunas estimaciones refieren que el costo de generación con gas natural es mayor, comparado con otros recursos como los naturales.
Otro aspecto es la coyuntura con la llegada del nuevo gobierno de Estados Unidos, el cual está enfocado en fortalecerse industrialmente, con lo cual el requerimiento de energía eléctrica interna en ese país va a aumentar, lo cual podría variar el combustible disponible para exportar, se agregó.
“Entonces, nosotros como país cercano a Estados Unidos, que dependemos de la producción y la disponibilidad de gas, sí estamos en riesgo de que no exista el suministro en algún momento o que el precio se encarezca mucho”, dijo González.
La licitación PEG 5 contempla adjudicar 1 mil 550 megavatios de generación eléctrica por 15 años. El gas natural podría cubrir hasta 700 MW como energía de base en medio de un debate técnico y geopolítico.
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Licitación PEG-5: El país apuesta por el gas natural, pese a dudas sobre infraestructura y precios
La licitación PEG 5 contempla adjudicar 1 mil 550 megavatios de generación eléctrica por 15 años. El gas natural podría cubrir hasta 700 MW como energía de base en medio de un debate técnico y geopolítico.

En la quinta licitación para contratos de largo plazo del Plan de Expansión de Generación de Energía (PEG), conocida como PEG 5, requiere 1 mil 550 megavatios, de los cuales 1 mil 400 megavatios de potencia garantizada con plantas y recursos de generación de base, donde podría optarse por gas natural, y generación complementaria, además 150 megavatios de potencia instalada para energía. (Foto, Prensa Libre: Shutterstock).
Con la licitación para contratación de generación de electricidad más grande que ha lanzado el país, conocida como PEG 5, han surgido expectativas positivas, pero también interrogantes. En ambos casos, se derivan no solo por el volumen, sino por las tecnologías y recursos para generar que podrían contratarse, en especial, la posibilidad de integrar un alto volumen de gas natural.
El objetivo es suministrar por un máximo de 15 años a las distribuidoras Empresa Eléctrica de Guatemala (EEGSA) y Energuate (Distribuidora de Electricidad de Occidente, S. A. -Deocsa- y Distribuidora de Electricidad de Oriente, S. A. -Deorsa-), las cuales en conjunto componen el 68% de la demanda regulada en el país, según datos del sector.
Del volumen que se está licitando, son 1 mil 400 megavatios de potencia garantizada y 150 megavatios de potencia instalada, explicó Dimas Carranza, integrante de la Junta Licitadora de las distribuidoras por parte de Energuate.
En la primera cifra mencionada, se prevé que 700 megavatios sean para generación de base (que opera las 24 horas todo el año) y se está apuntando a que pueda ser con gas natural. Algunos de los requisitos son temas de eficiencia en la generación y bajos niveles de emisión de gases respecto de otras tecnologías. Con base en ello, según las autoridades de energía del país, como el ministro de Energía, Víctor Hugo Ventura, esos 700 MW, o incluso más, serían con gas natural.
Carranza explicó que este segmento puede ser hasta de 700 MW de centrales nuevas, con emisiones no superiores al gas natural, etano o propano. Lo que se está pidiendo son tecnologías más amigables con el medioambiente para la base de generación, porque para las tecnologías renovables sería muy complejo pensar que puedan cubrirse, por las características propias del recurso, de contar con ellos las 24 horas, los 365 días del año. Sin embargo, esa característica sí la tienen combustibles como gas natural, etano o gas propano.
Mientras que los otros 700 megavatios (o lo que reste) serán de generación complementaria, donde pueden integrarse otros recursos. En este caso, pueden ser centrales de generación con tecnologías existentes, pero que puedan combinarse con otros recursos, incluyendo renovables.
En tanto, el segmento de los 150 MW está relacionado con centrales renovables que, por sus características, no pueden garantizar potencia, como solares, eólicas o biomasa.
¿Es conveniente contratar gas en esta coyuntura de guerra comercial?
Una de las dudas que surgen actualmente es la conveniencia de contratar altos volúmenes de generación con gas natural en el contexto de una guerra comercial de Estados Unidos con otros países, ya que Guatemala no produce actualmente una cantidad suficiente para ello y se empezaría a depender de las importaciones.
En la actualidad, la capacidad de generación instalada de potencia efectiva a marzo de 2025 es de 3 mil 620.7 megavatios, de los cuales 15.10 MW son generados con gas natural, según datos de la AMM. Con un contrato de largo plazo, la planta Energía del Caribe provee a Guatemala de electricidad producida a partir del gas natural desde Estados Unidos, mientras que la planta se ubica en México y se importa al país la electricidad.
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Consultado el ministro de Energía y Minas acerca de la expectativa de participación y resultados de la licitación PEG 5, comentó que es la clave para la transición energética, con la cual se prevé adjudicar alrededor de 700 MW de energía de base de bajas emisiones y dejar el resto abierto a propuestas de cualquier tipo de energía renovable.
Respecto a que ese volumen sea de generación con gas natural que tendría que ser importado al país, y al posible impacto coyuntural de la guerra comercial, Ventura considera que ese recurso es una buena opción, considerando que es un combustible flexible que provee energía firme, que ofrece una buena combinación de eficiencia, menor impacto ambiental en comparación con otros fósiles y flexibilidad operativa. Añade que es ideal como respaldo para energías renovables, ya que puede entrar en funcionamiento rápidamente, y correspondería a una ventaja geográfica que el país tiene con México.
Sin embargo, el funcionario explicó que importar ese gas y otros procesos con ese combustible requieren inversión en infraestructura que no existe en el país. Por ejemplo, la infraestructura de regasificación de ese gas y la de almacenamiento, aparte de la planta de generación. Ventura respondió recientemente a Prensa Libre que esa inversión debe hacerla la compañía que resulte adjudicada como parte de su proyecto de generación.
Carranza explicó que hay dos posibilidades: una es que el ingreso sea por el Atlántico o por el Pacífico, o por ambos. En ese caso, también tendrán que hacerse nuevas instalaciones para poder recibir este combustible. También existe la posibilidad de tener almacenamientos flotantes o en tierra, y eso requiere una inversión muy grande, explica Ventura. “Entonces, adicionalmente, quien gane la (adjudicación de la) oferta tendrá que hacer todas las operaciones financieras, que llevan tiempo, y luego se construyen las obras”. Sin embargo, considera que se está a tiempo para que entren a suministrar a partir del año 2030.
Consultado Carranza sobre la conveniencia o no de contratar un alto volumen de generación con gas natural, tomando en cuenta la coyuntura actual de incertidumbre y volatilidad de precios en los mercados, derivado de las decisiones del presidente de Estados Unidos, el integrante de la Junta Licitadora respondió que es conveniente por las oportunidades que se tienen en la actualidad.
Las inversiones de las dos licitaciones, Peg 5 y PET 3, pueden superar los US$5 mil millones, dijo Mario Naranjo, gerente general de EEGSA, mientras que Paulo Parra, gerente general de Deocsa y Deorsa, expresó las buenas condiciones que tiene el país para invertir @prensa_libre pic.twitter.com/gYFnbREGLe
— Rosa María Bolaños (@rbolanos_pl)
Explicó que Estados Unidos está en una etapa muy importante de inversiones en desarrollo de perforaciones y explotación de gas natural, con lo cual podría tener excedentes para exportar, y que se puedan aprovechar en países como Guatemala. Agregó que también hay otros mercados proveedores como Trinidad y Tobago y parte de Sudamérica, pero serán los oferentes quienes deberán analizarlos, buscar competitividad y ser adjudicados en el proceso de licitación.
Por aparte, Alfonso González, presidente de la Asociación de Generadores de Energía Renovable (Ager), indicó que entrarán en la etapa de análisis de las bases de licitación para identificar los retos y oportunidades que tiene la energía renovable. Sin embargo, adelantó que es muy importante que dichas bases permitan el aumento de la instalación de plantas renovables que le den certeza al precio de la tarifa en el largo plazo y sostenibilidad ambiental al país, reduciendo así la dependencia de los combustibles fósiles.
El anhelo es que estos procesos de licitación vayan muy orientados hacia la independencia, es decir, que en la mayor medida se logre que el país no dependa de importar combustibles o energía eléctrica. Por ello, se espera que se pueda incluir generación eléctrica renovable, dijo González.
Consultado respecto a qué tipo de recursos se deberían contratar, el directivo de Ager comentó que deberían tomarse en cuenta los renovables, y que, en el caso del gas natural, considera que podrían ser unos 400 MW que sirvan como un proceso de transición mientras se desarrolla el potencial local que se tiene de los recursos naturales, que solo están aprovechados en una mínima parte. En el caso de la geotermia, se debería tener un plan serio para que se vuelva parte de las plantas de base, ya que las características de la tecnología lo permiten.
“Al hablar de 700 MW para gas natural, nos preocupa el compromiso que asuma el país, de alguna u otra manera, en la compra de esos combustibles fósiles que nosotros no producimos”.
Agregó que algunas estimaciones refieren que el costo de generación con gas natural es mayor, comparado con otros recursos como los naturales.
Otro aspecto es la coyuntura con la llegada del nuevo gobierno de Estados Unidos, el cual está enfocado en fortalecerse industrialmente, con lo cual el requerimiento de energía eléctrica interna en ese país va a aumentar, lo cual podría variar el combustible disponible para exportar, se agregó.
“Entonces, nosotros como país cercano a Estados Unidos, que dependemos de la producción y la disponibilidad de gas, sí estamos en riesgo de que no exista el suministro en algún momento o que el precio se encarezca mucho”, dijo González.
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