La semifinal que no fue: Chelsea mata el sueño brasileño y se cita con Fluminense

Carlos María Salvado MIAMI – Por un instante, el mundo coqueteó con una semifinal brasileña. Por un momento, el aroma a samba y garra sudamericana perfumó el Mundial de Clubes.… Carlos María Salvado MIAMI – Por un instante, el mundo coqueteó con una semifinal brasileña. Por un momento, el aroma a samba y garra sudamericana perfumó el Mundial de Clubes.…  

  • Los ingleses vencen con dificultad al Palmeiras y estarán en la semifinal ante Fluminense, que supero a un combativo Al Hilal, que se despide con la frente en alto del Mundial de Clubes

Carlos María Salvado

MIAMI – Por un instante, el mundo coqueteó con una semifinal brasileña. Por un momento, el aroma a samba y garra sudamericana perfumó el Mundial de Clubes. Pero apareció el Chelsea con su guion británico, precisión quirúrgica y una pizca de drama. La esperanza del Palmeiras murió de pie, pero murió.

Ahora, el primer finalista de este Mundial se definirá entre dos estilos tan distintos como fascinantes: Chelsea contra Fluminense. Londres contra Río. Fútbol vertical contra juego coral. Cálculo contra inspiración.

Un partido que olía a Brasil

Hubo un momento, mediado el segundo tiempo, en que la ilusión se coló por las rendijas del juego. El Fluminense ya había hecho lo suyo: había despachado a los árabes del Al Hilal y había dejado la puerta abierta para un duelo carioca. La prensa brasileña frotaba las manos. En los bares de São Paulo y Río, se hablaba de una “final antecipada”. Pero el Chelsea no vino hasta acá para dejarse arrastrar por el entusiasmo ajeno.

Frente a un Palmeiras aguerrido el equipo inglés supo resistir, sufrir y finalmente castigar. La semifinal fue una montaña rusa emocional: desde los primeros minutos quedó claro que no habría tregua, y que la llave se resolvería en los detalles.

El Chelsea sobrevive y responde

El Palmeiras salió mejor. Confianzudo, presionando alto y forzando errores en la salida de balón del Chelsea, que sufrió con la presión organizada del mediocampo brasileño. Ataques constantes, pero el fútbol es así: los goles que no haces, te los hacen.

Y así fue. A los 16´llegó el golde Cole Palmer tras una jugada paciente por la izquierda, Sterling rompió líneas con un pase vertical hacia Enzo Fernández. El argentino, cerebral y sutil, filtró un balón que Cole Palmer convirtió en oro. El 1-0 fue un mazazo. El Palmeiras tardó en reaccionar, pero lo hizo con coraje: volvió del descanso con línea de tres y volcó el campo. El empate llegó al 53’, cuando Mayke encontró a Stevao en el corazón del área y ariete no falló. Era justicia y era esperanza.

Pero el Chelsea no se descompone fácilmente. y empezó un juego en el que se jugaba de poder a poder, hasta que en una jugada desafortunada Agustín Giay anotó en su propia puerta para sentenciar el partido a favor de los ingleses

Fluminense quiere estar en la final

A primera hora, Fluminense hizo lo suyo en la jornada de ayer. Venció a un laborioso Al Hilal 2-1 y puso el primer pie brasileño en la semifinal de esta apasionante Copa del Mundo de Clubes.

Por Fluminense anotó cuando expiraba la primera mitad Matheus Martinelli, peor lo leones de Arabia Saudí no se entregaron y apenas a los 5´del segundo tiempo lograron el empate por medio de Marcos Leonardo. A partir de ese momento los brasileños se fueron por el triunfo y fue Hércules el que logró romper el empate y dar el pase a su club.

Delirio inglés

Y lo que viene es un duelo apasionante. Chelsea vs. Fluminense. Europa vs. Sudamérica, como tantas veces en la historia. Pero no es solo eso. Es el vértigo físico y vertical del equipo inglés frente al tempo pausado y brillante del equipo de Fernando Diniz. Es una semifinal con aroma a final anticipada.

Chelsea-Fluminense: el choque de planetas

El Chelsea ha llegado hasta aquí sin deslumbrar, pero con eficacia. El gol no le sobra, pero su defensa ha sido sólida y su mediocampo, con Enzo y Caicedo, domina los ritmos. Cole Palmer, cada vez más maduro, ha sido la revelación ofensiva. No es un equipo espectacular, pero sabe competir.

En cambio, el Fluminense viene como un poema. Será un choque de velocidades. El Chelsea, pragmático, esperando el error y lanzando cuchillos en cada transición. El Fluminense, enamorado del balón, buscando construir desde atrás con paciencia, como quien borda a mano una bufanda.

El partido se jugará en un estadio neutral, pero el mundo entero tendrá sus ojos ahí. Porque ya no hay rastro de equipos mexicanos ni del bicampeón Palmeiras. Porque el campeón de la Libertadores, el Fluminense, quiere enseñarle a Europa que el jogo bonito sigue vivo. Y porque el Chelsea —con una inversión millonaria a cuestas— necesita este título para justificar su proyecto.

Todo está servido. El sueño brasileño no murió, solo cambió de barrio: de São Paulo a Río. Y en Londres, el Chelsea ya se prepara. El martes, en la primera semifinal, el fútbol promete emoción, contrastes, y quizá, una obra maestra.

La otra llave

Hoy se disputan los dos partidos restantes de cuartos de final. A primera hora (10:00 horas tiempo gt), es el partidazo entre dos poderosos clubes europeos, en lo que muchos llaman una «final anticipada»: OSG vs. Bayern Múnich. A las 14:00 horas juegan Real Madrid y Borussia Dortmund, que definirán la otra semifinal.

En el primero el PSG es ligero favorito, pero no sería sorpresa la victoria de los bávaros, mientras que en el segundo, Real Madrid lleva las de ganar, porque el plantel de Xabi Alonso se ve cada vez más integrado y tiene muchas estrellas, principalmente Mbappé, que apunta a ser titular en este partido.

 Deportes – Crónica

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