La excanciller Merkel carga contra el candidato de su partido, Merz, por aceptar votos de la ultraderecha

La excanciller democristiana Angela Merkel ha cargado este jueves contra Friedrich Merz, candidato de su partido (CDU) a las elecciones del 23 de febrero en Alemania, por aceptar el miércoles los votos de la extrema derecha en una moción contra la inmigración. En un comunicado, Merkel lamenta que “por primera vez” Alternativa para Alemania (AfD), partido bajo vigilancia de los servicios de inteligencia por sus posiciones radicales, permitiese formar una mayoría con la CDU.

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 La histórica líder democristiana rompe su silencio para tildar de “error” un gesto del favorito en las elecciones de febrero que cuestiona el cordón sanitario contra AfD  

La excanciller democristiana Angela Merkel ha cargado este jueves contra Friedrich Merz, candidato de su partido (CDU) a las elecciones del 23 de febrero en Alemania, por aceptar el miércoles los votos de la extrema derecha en una moción contra la inmigración. En un comunicado, Merkel lamenta que “por primera vez” Alternativa para Alemania (AfD), partido bajo vigilancia de los servicios de inteligencia por sus posiciones radicales, permitiese formar una mayoría con la CDU.

Merkel, quien se ha mantenido en un discreto segundo plano desde que dejó la política en 2021, ha roto su silencio unas horas después de que Merz lograse adoptar una moción que exige rechazar a los demandantes de asilo que lleguen a las fronteras alemanas. Hasta ahora había evitado criticar a su sucesor; ahora es como si este hubiese cruzado una línea.

El enfrentamiento entre ambos democristianos —la canciller que gobernó Alemania y Europa entre 2016 y 2021, y el político que quiere gobernarlas— es ya abierto. Y atañe cuestiones esenciales para Alemania y para los conservadores alemanes y europeos como la regulación de la inmigración y la colaboración con la extrema derecha.

Los socialdemócratas del canciller Olaf Scholz, y buena parte de la izquierda, acusan a Merz, favorito para ser el próximo canciller, de romper el tabú que impedía cooperar con la extrema derecha. También le reprochan que dañe la imagen internacional de Alemania al presentar una moción que, en su opinión y la de algunos juristas, vulnera el derecho alemán y europeo.

Merkel, en el comunicado solemnemente titulado Declaración de la canciller federal retirada doctora Angela Merkel sobre el voto en el Bundestag alemán el 29 de enero, hace suya esta interpretación. Y así hace visible la inquietud con el candidato conservador de un sector —está por ver en qué medida es representativo— de la Unión Democristiana (CDU), el partido que ella lideró durante casi dos décadas y que ahora encabeza Merz.

La excanciller recuerda en el comunicado que, en noviembre, Merz propuso al Partido Socialdemócrata y a Los Verdes adoptar juntos las leyes en lo que quedaba de legislatura. Se trataba, según el democristiano, de evitar que, aunque fuese sin buscarlo o “por casualidad”, una ley o moción obtuviese la mayoría con los votos de AfD.

“Considero un error dejar de sentirse vinculado por esta propuesta”, escribe Merkel, “y el 29 de enero de 2024, por primera vez, haber permitido una mayoría con los votos de la AfD en una votación en el Bundestag alemán”.

La excanciller pide que “los partidos democráticos colaboren por encima de las fronteras partidistas (…) para hacer todo lo posible para evitar en el futuro atentados espantosos como los de las vísperas de Navidad en Magdeburgo o hace unos días en Aschaffenburg.” También insiste en que las soluciones deben adoptarse “sobre la base del derecho europeo vigente”, una crítica velada a la posible ilegalidad de las medidas de Merz.

Merz justificó la batería de propuesta sobre política migratoria por la necesidad de actuar con contundencia después de una serie de crímenes y atentados perpetrados por demandantes de asilo o refugiados. Pero sus rivales en la izquierda —e indirectamente también Merkel y otras voces como la Conferencia Episcopal y la Iglesia Evangélica— sostienen que aceptar los votos de la extrema derecha supone una ruptura con la Alemania de la posguerra, y que el rechazo de los demandantes de asilo viola principios constitucionales.

Merkel y Merz arrastran un historial de rivalidades desde principios de los años 2000, cuando la futura canciller se hizo —en contra del actual candidato— con el liderazgo del partido, y lo apartó. Ambos representan sensibilidades opuestas en la CDU. Merkel, el ala más centrista y ecologista del partido; Merz, el ala conservadora y liberal.

La reacción de Merkel puede sorprender, pues incluso durante la promoción de sus memorias, en otoño, extremó el cuidado a la hora de pronunciarse sobre la actualidad. Pero las propuestas de Merz suponen una enmienda a la totalidad de las políticas de inmigración que impulsó la excanciller. Merkel defendió con firmeza el cordón sanitario contra AfD, aunque este partido creció en gran parte como reacción a la acogida en 2015 de un millón de refugiados.

“Tengo claro que en Alemania no debería haber ninguna cooperación entre los partidos democráticos y la AfD”, declaró Merkel en octubre a EL PAÍS. En el debate del miércoles en el Bundestag, Scholz calificó de “error imperdonable” la decisión de aceptar los votos de AfD.

La moción no vinculante del miércoles se adoptó por 348 a favor y 345 en contra. El democristiano, que este viernes presentará una propuesta de ley vinculante sobre inmigración, afirma que habría preferido adoptar las medidas con el SPD y Los Verdes. Y asegura que recibió los votos de AfD a su pesar, aunque la candidata de AfD, Alice Weidel, celebró el resultado como “un gran día para la democracia”.

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