La escaladora iraní Elnaz Rekabi, que adquirió notoriedad internacional en 2022 por competir sin velo en el Campeonato Asiático de Escalada en Seúl (Corea del Sur), se ha refugiado en España tras exiliarse de Irán, según informan medios iraníes como el diario Asriran, que cita a su hermano, el también escalador Davud Rekabi.
El hermano de Elnaz Rekabi atribuye su decisión a que las autoridades “la habían privado de todo” por su gesto de apoyo a las protestas contra el régimen de ese año
La escaladora iraní Elnaz Rekabi, que adquirió notoriedad internacional en 2022 por competir sin velo en el Campeonato Asiático de Escalada en Seúl (Corea del Sur), se ha refugiado en España tras exiliarse de Irán, según informan medios iraníes como el diario Asriran, que cita a su hermano, el también escalador Davud Rekabi.
Rekabi, entonces de 33 años, se presentó sin el hiyab —obligatorio para las atletas iraníes incluso en el extranjero—, en Seúl el 16 de octubre de 2022. Justo un mes antes, miles de iraníes habían empezado a manifestarse contra el régimen islámico en las calles después de que una joven kurdoiraní de 22 años, Yina Mahsa Amini, muriera a manos de la policía de la moralidad, que la había detenido por llevar el velo de forma “inapropiada”. Cuando esas protestas ya se habían extendido a todo el país, la escaladora compitió en la final de cuerda del rocódromo de Seúl con el pelo recogido en una coleta y sin pañuelo, un gesto que se interpretó como una señal de apoyo a los manifestantes. Horas más tarde, la familia denunció que la deportista estaba ilocalizable, después de que las autoridades de su país la secuestraran y le confiscaran el móvil y el pasaporte, informaron medios iraníes en el exilio como IranWire.
La atleta reapareció dos días después cubierta con una capucha, ya de regreso en el aeropuerto de Teherán. Rodeada por agentes del régimen y ante una multitud que había acudido a recibirla al grito de “¡Campeona!”, la deportista se disculpó públicamente por su gesto y lo atribuyó, visiblemente contrita, a un “error”. Horas antes de su regreso, su hermano Davud había sido detenido por el poderoso ejército paralelo iraní, la Guardia Revolucionaria, y estaba en paradero desconocido.
Desde entonces, poco se había sabido de esta atleta que, según IranWire, lejos de cometer un “error” al comparecer sin velo, había tomado su decisión un mes antes del campeonato de Seúl. Justo cuando murió Amini y empezaron las protestas lideradas por mujeres que tomaron como lema un viejo eslogan kurdo: “Mujer, vida y Libertad”. Desde entonces, las autoridades iraníes, ha dicho su hermano a Asriran, “habían privado de todo” a la escaladora, en represalia por su decisión de prescindir del hiyab en una competición internacional.
Rekabi fue obligada a permanecer bajo arresto domiciliario y sin poder utilizar su teléfono móvil desde octubre de 2022 hasta marzo de 2023, según IranWire. El 2 de diciembre de 2022, las autoridades destruyeron una casa cuya propiedad compartía con su hermano Davud. Casi al mismo tiempo, medios iraníes en el exilio informaron de que ambos habían sido multados con unos 1.820 dólares (unos 1.700 euros) sin que se aclararan los motivos, siempre según la fuente.
Prohibición de viaje
Las autoridades iraníes le impusieron también a la deportista una prohibición de salir de Irán, que el presidente de la Federación de Montañismo de la República Islámica, Reza Zarei, justificó con el propósito de impedir que volviera a participar sin pañuelo en competiciones internacionales. Zarei reconoció entonces que la atleta no había sido suspendida completamente porque el Comité Olímpico Internacional y la Federación Internacional de Montañismo “estaban supervisando simultáneamente su situación”.
La prohibición de viajar fuera de Irán solo se levantó parcialmente en junio de 2023, cuando las autoridades del país permitieron a la escaladora participar en Italia en la fase clasificatoria para las pruebas de escalada de los Juegos Olímpicos de París. Para ello, siempre según medios iraníes en el exilio, la atleta tuvo que aportar como fianza 20.000 dólares (unos 18.000 euros) y un título de propiedad de una casa que, de no haber regresado a Irán, habría sido confiscada. Esa es una práctica habitual de Teherán para asegurarse de que sus deportistas no reclaman protección internacional en otros países.
El régimen islámico iraní tomó otras represalias contra Rekabi, ha detallado ahora su hermano. La escaladora se vio forzada a entrenar en total soledad en su gimnasio y también se le prohibió seguir instruyendo a los deportistas a quienes antes asesoraba. “El problema de mi hermana no era el hiyab, sino la independencia de las mujeres”, ha aclarado Davud Rekabi, en lo que parece una alusión a las razones de su exilio.
El martes, el también escalador había anunciado ya en una entrada en sus redes sociales que su hermana abandonaba su país natal, aunque sin mencionar su destino. En sus declaraciones a Asriran, sí ha confirmado que “Elnaz ha viajado a España” y “va a seguir enseñando y entrenando, además de continuar con su carrera profesional de escalada en roca”.
Este diario ha contactado con la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME) que ha asegurado desconocer si la atleta iraní se encuentra en España.
Desde el inicio de las protestas multitudinarias desatadas por la muerte bajo custodia policial de Amini —en las que murieron más de 550 manifestantes, 60.000 fueron detenidos, mientras que una decena de iraníes fueron ahorcados, según la ONU—, las autoridades iraníes han tratado de silenciar a quienes han apoyado las protestas. Especialmente a personalidades públicas como actores, cantantes y deportistas como Elnaz Rekabi, cuyo respaldo consideran un altavoz para la oposición al régimen.
Otra deportista iraní, la ajedrecista Sara Khadem, se refugió también en España en diciembre de 2022 después de jugar sin velo en el Mundial de partidas rápidas que se disputó entonces en Almaty (Kazajistán). Khadem ha adquirido la nacionalidad española y ya compite por España en campeonatos internacionales.
Feed MRSS-S Noticias