Elon Musk pasa a los insultos con un asesor de Trump y la Casa Blanca le disculpa: “Los chicos son así”

La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, no lo considera incompetencia, descoordinación ni caos, sino un ejercicio de “transparencia”. Los altos cargos del Gobierno de Donald Trump han entrado en una espiral de contradicciones, en las que uno dice una cosa y otro la contraria y un tercero intenta decir que algo puede ser blanco y negro a la vez. Las diferencias y tensiones no han llegado a las manos, pero han pasado ya al terreno de los insultos. El multimillonario Elon Musk llamó este lunes “auténtico imbécil” a Peter Navarro, uno de los ideólogos de los aranceles que amenazan con provocar una crisis económica en Estados Unidos y en el mundo. “Es más tonto que un saco de ladrillos”, añadió. Leavitt le quitó importancia al enfrentamiento: “Los chicos son así”.

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Buekele y Meloni, a la Casa Blanca

La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, anunció este martes que durante la semana próxima visitarán Washington el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, y la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, que son ambos líderes de extrema derecha con los que Donald Trump mantiene una buena relación. La visita de Bukele a la Casa Blanca está prevista para el lunes 14 de abril, mientras que la de la mandataria italiana está programada para el jueves 17 de abril.

Leavitt agradeció especialmente a Bukele desde el atril de la Casa Blanca que el líder salvadoreño haya puesto a disposición de Estados Unidos una prisión de alta seguridad a la que deportar inmigrantes que luego son allí encarcelados en condiciones degradantes sin pruebas, juicio ni garantías, en uno de los pasos que muestra la deriva autoritaria de Trump en su segundo mandato.

 El multimillonario responde a las críticas de Peter Navarro sobre Tesla asegurando que es “un auténtico imbécil”. Las diferencias entre ambos empezaron por la política de aranceles  

La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, no lo considera incompetencia, descoordinación ni caos, sino un ejercicio de “transparencia”. Los altos cargos del Gobierno de Donald Trump han entrado en una espiral de contradicciones, en las que uno dice una cosa y otro la contraria y un tercero intenta decir que algo puede ser blanco y negro a la vez. Las diferencias y tensiones no han llegado a las manos, pero han pasado ya al terreno de los insultos. El multimillonario Elon Musk llamó este lunes “auténtico imbécil” a Peter Navarro, uno de los ideólogos de los aranceles que amenazan con provocar una crisis económica en Estados Unidos y en el mundo. “Es más tonto que un saco de ladrillos”, añadió. Leavitt le quitó importancia al enfrentamiento: “Los chicos son así”.

Las diferencias entre Musk y Navarro se pusieron de relieve a raíz de los aranceles. Navarro es uno de los defensores de la desacreditada fórmula de cálculo utilizada para imponer gravámenes a otros países. Es uno de los que ha asegurado que no había terreno para la negociación mientras el propio Trump decía lo contrario. El hombre más rico del mundo hizo el sábado una enmienda a la totalidad a la política comercial de Trump, abogando por un futuro de libre comercio entre Estados Unidos y Europa, con aranceles cero.

A partir de ahí, las cosas se fueron poniendo feas. Un usuario de X, la red social de Elon Musk, defendió a Navarro pese al desastre provocado en los mercados con los aranceles, señalando que este había estudiado en Harvard. Musk respondió que el doctorado de Harvard de Navarro sugería que tenía más ego que cerebro. “Un doctorado en Economía por Harvard es algo malo, no bueno”, escribió el magnate. “[Navarro]no ha construido una mierda”, añadió.

A Navarro no le sentó bien y en televisión trató de demostrar que las críticas de Musk a los aranceles respondían a sus intereses personales. “Todos en la Casa Blanca, y el pueblo estadounidense, entendemos que Elon es un fabricante de automóviles. Pero no es un fabricante de automóviles, es un ensamblador de automóviles”, dijo en la CNBC con un deje de desprecio. “En muchos casos, si vas a su planta de Texas, una buena parte de los motores que obtiene (que en el caso de los vehículos eléctricos son las baterías) provienen de Japón y de China. Los componentes electrónicos proceden de Taiwán… Lo que queremos —y esa es la diferencia entre nuestra forma de pensar y la de Elon— es que queremos que los neumáticos se fabriquen en Akron. Queremos que las transmisiones se fabriquen en Indianápolis. Queremos que los motores se fabriquen en Flint y Saginaw. Y queremos que los coches se fabriquen aquí”, añadió.

“Un auténtico imbécil”

Musk no se contuvo este martes. “Navarro es un auténtico imbécil. Lo que dice aquí es manifiestamente falso”, tuiteó en respuesta al vídeo de Navarro en que hablaba de Tesla en la CNBC. “Tesla tiene la mayor cantidad de automóviles fabricados en Estados Unidos. Navarro es más tonto que un saco de ladrillos”, le insultó de nuevo.

“Sea cual sea la definición, Tesla es el fabricante de automóviles con mayor integración vertical en Estados Unidos y con el mayor porcentaje de contenido estadounidense. Navarro debería preguntarle al falso experto que inventó, Ron Vara”, continuó, en referencia al economista ficticio que Navarro cita frecuentemente en sus libros. Navarro se inventó a ese economista (Ron Vara es un anagrama de Navarro), y le citaba como fuente de autoridad, aunque en realidad era él mismo.

A la portavoz de la Casa Blanca le han preguntado este martes si le preocupa ese enfrentamiento. “Obviamente, se trata de dos personas que tienen opiniones muy diferentes sobre el comercio y los aranceles. Los chicos serán chicos, y dejaremos que sigan peleando en público. Y todos ustedes deberían estar muy agradecidos de que tengamos la Administración más transparente de la historia. Y creo que también habla de la voluntad del presidente de escuchar a todas las partes. Tiene gente en los niveles más altos de este gobierno, en esta Casa Blanca, que tiene opiniones muy diversas sobre cuestiones muy diversas, pero el presidente tiene en cuenta todas las opiniones y luego toma la mejor decisión basada en los mejores intereses del público estadounidense”, sostuvo Leavitt.

Leavitt también trató de restar importancia a las contradicciones patentes entre diferentes miembros de la Casa Blanca. También negó que hubiera habido un cambio de postura en el Gobierno desde su posición de “esto no es una negociación” hasta la de señalar que se está en conversaciones con 70 países y se espera obtener tratos favorables a través de la negociación. “Estamos gestionando una cantidad enorme de solicitudes de negociación”, se vanaglorió ayer Kevin Hassett, director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca.

El propio presidente señaló este martes que estaba negociando para lograr “un gran acuerdo” con Corea del Sur. “Su EQUIPO principal está en un avión rumbo a Estados Unidos, y las cosas pintan bien. Del mismo modo, estamos negociando con muchos otros países, todos los cuales quieren llegar a un acuerdo con Estados Unidos. Al igual que con Corea del Sur, estamos sacando a relucir otros temas que no están cubiertos por el comercio y los aranceles, y también estamos negociándolos”, tuiteó Trump, señalando ese método de meter otros asuntos en el mismo saco como “un proceso hermoso y eficiente”.

Con quien no parecen avanzar las negociaciones es con China. La Casa Blanca aseguró ayer de nuevo que los aranceles adicionales del 50% que anunció Trump el lunes en respuesta a las represalias de Pekín entran en vigor en la medianoche del martes al miércoles, como el resto de los mal llamados aranceles “recíprocos”. Con eso, la imposición a las importaciones chinas pasaría a ser del 104% (y superior en algunos productos). Trump sigue esperando que Xi Jinping le llame, pero no lo consigue. “China también quiere hacer un trato, pero no saben cómo empezar. Estamos esperando su llamada. ¡Sucederá!”, escribió en Truth, su red social.

Buekele y Meloni, a la Casa Blanca

La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, anunció este martes que durante la semana próxima visitarán Washington el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, y la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, que son ambos líderes de extrema derecha con los que Donald Trump mantiene una buena relación. La visita de Bukele a la Casa Blanca está prevista para el lunes 14 de abril, mientras que la de la mandataria italiana está programada para el jueves 17 de abril.

Leavitt agradeció especialmente a Bukele desde el atril de la Casa Blanca que el líder salvadoreño haya puesto a disposición de Estados Unidos una prisión de alta seguridad a la que deportar inmigrantes que luego son allí encarcelados en condiciones degradantes sin pruebas, juicio ni garantías, en uno de los pasos que muestra la deriva autoritaria de Trump en su segundo mandato.

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