El alto el fuego entre Israel y Hezbolá avanza en medio del regreso de miles de civiles al sur de Líbano

Las primeras horas tras el alto el fuego entre Israel y la milicia libanesa Hezbolá transcurren este miércoles con relativa calma y sin graves incidentes en la frontera entre ambos países. Tras casi 14 meses de guerra, miles de civiles libaneses emprendían desde esta mañana el regreso hacia sus hogares con una mezcla de alivio ―por el fin de los enfrentamientos en los que han muerto casi 4.000 personas― y de precaución. Las carreteras hacia sus lugares de proveniencia, casi vacíos en los dos últimos meses de guerra abierta, se han colapsado de cientos de coches abarrotados de familias, colchones y otros enseres desde que la población ha percibido que la tregua, que entró en vigor a las cuatro de la madrugada (una hora menos en la España peninsular), estaba siendo respetada.

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 La frontera entre los dos países se encuentra en relativa calma, tras casi 14 meses de guerra, mientras el ejército libanés se prepara para desplegarse en el sur del país  

Las primeras horas tras el alto el fuego entre Israel y la milicia libanesa Hezbolá transcurren este miércoles con relativa calma y sin graves incidentes en la frontera entre ambos países. Tras casi 14 meses de guerra, miles de civiles libaneses emprendían desde esta mañana el regreso hacia sus hogares con una mezcla de alivio ―por el fin de los enfrentamientos en los que han muerto casi 4.000 personas― y de precaución. Las carreteras hacia sus lugares de proveniencia, casi vacíos en los dos últimos meses de guerra abierta, se han colapsado de cientos de coches abarrotados de familias, colchones y otros enseres desde que la población ha percibido que la tregua, que entró en vigor a las cuatro de la madrugada (una hora menos en la España peninsular), estaba siendo respetada.

La jornada ha demostrado, no obstante, los delicados equilibrios que sustentan el cese de hostilidades. El presidente del Parlamento libanés, el chií Nabih Berri, ha dado un discurso televisado para animar a los desplazados a retornar a “los lugares donde nacieron” y a la “tierra donde los sacrificios de los mártires se transformaron en victoria”, mientras que el ministro israelí de Defensa, Israel Katz, ha ordenado a las tropas actuar “con contundencia” para impedir el regreso a la zona de miembros de Hezbolá. Unos soldados han disparado al aire, como advertencia, para impedir a algunas personas acercarse a sus pueblos en el sur. El ejército, además, prohíbe completamente desde las 17.00 horas hasta las 07.00 del jueves cruzar al sur del río Litani, pese a que sus tropas solo están ubicadas varios kilómetros más cerca de la frontera.

Ambos ejércitos, el libanés y el israelí, han pedido a los habitantes de las aldeas del sur del país que no se apresuren en regresar hasta que se retiren las tropas del Estado judío, lo que está previsto que suceda de forma progresiva en los próximos 60 días, según el texto del acuerdo. “En este contexto, el mando del ejército pide a los ciudadanos que tengan paciencia a la hora de regresar a las aldeas y ciudades del frente en las que han penetrado las fuerzas enemigas israelíes, a la espera de su retirada de conformidad con el acuerdo de alto el fuego y destaca la importancia de respetar las directivas de las unidades militares desplegadas en la región para preservar su seguridad”, han explicado las Fuerzas Armadas libanesas en un mensaje en la plataforma X (antes Twitter). También les recuerda que tengan cuidado con las municiones sin detonar y cualquier objeto sospechoso.

El ejército israelí ha advertido a la población en el mismo sentido. Penetró unos seis kilómetros en Líbano desde que lo invadió el 1 de octubre. Justo este martes alcanzó simbólicamente el Litani este martes, horas antes del alto el fuego, por primera vez desde 2000, cuando puso fin a 18 años de ocupación del sur del país.

Las Fuerzas Armadas Libanesas preparan ya el despliegue de 10.000 efectivos en la zona de la contienda. De momento, ha establecido puestos de control en el sur, regresado a posiciones de las que se había retirado y “trabaja para tomar las medidas necesarias para completar el despliegue en el sur”. Será el encargado de una delicada misión: controlar que no haya milicianos ni armas de Hezbolá en un área más amplia que la vigente desde la guerra de 2006 entre Israel y Hezbolá.

La resolución 1701 de la ONU marcaba el Litani como frontera en la que hacerlo, pero el nuevo texto (hecho público este miércoles por las autoridades libanesas) incluye un mapa con lo que denomina “Nueva línea de 2024″. Comienza en la costa mediterránea, unos 25 kilómetros al norte de la frontera, y continúa por lo general siguiendo el Litani, pero luego se desvía para incluir territorios más allá de los de la resolución. Por ejemplo, el famoso castillo cruzado de Beaufort, importante en anteriores enfrentamientos entre Israel y Hezbolá por su valor estratégico.

En la carretera hacia el sur y hacia Dahiye, el suburbio de Beirut, se veía esta mañana a personas en motos con banderas amarillas de Hezbolá, haciendo el signo de la victoria. Otros llevaban colchones y bolsas grandes encima de los vehículos. En este suburbio de la capital libanesa, feudo chií duramente castigado por los bombardeos israelíes en los últimos dos meses, el ambiente era de victoria, tanto entre quienes han permanecido en el lugar como entre los que iban llegando. Se oían disparos de rifles para celebrar el alto el fuego.

En ciudades como Sidón, Tiro o Baalbek, donde no habían llegado los militares israelíes, centenares de personas también han emprendido el camino de vuelta a sus hogares. Berri, el líder del partido chií Amal que representó la posición de Hezbolá en las negociaciones del acuerdo de alto el fuego anunciado anoche, se ha dirigido a ellos: “Vuestra tierra será más fuerte gracias a vuestra presencia. Debéis regresar para proteger la tierra que vio fluir la sangre de todos los mártires […] Es vuestra voz y la nuestra. Es vuestra memoria y la nuestra. Es vuestra identidad y la nuestra. Es la tierra de todos los mártires que murieron, y será la tierra de la victoria y el honor”.

Gusto agridulce

El acuerdo de alto el fuego, apoyado por los Gobiernos de Estados Unidos y de Francia, que integrarán un nuevo comité para supervisar la vigilancia de la resolución, ha dejado un gusto agridulce a uno y otro lado de la frontera. Sobre todo porque tiene cabos sueltos de gran calado que generan, tanto en Israel como en Líbano, el temor a una nueva escalada. En Beirut, la sensación es que bastante gente ha recuperado la sonrisa. Las cafeterías están más llenas y se ve más tráfico en las calles. Justo lo contrario que en la víspera, en las horas previas al anuncio de la tregua, cuando la aviación israelí lanzó su mayor oleada de bombardeos sobre la capital, que dejó las calles desiertas y llevó a los comercios a cerrar antes de tiempo.

Uno de los principales retos es que el Ejecutivo de Benjamín Netanyahu se arroga el derecho a bombardear Líbano cuando considere que Hezbolá incumple el acuerdo. Figura en una carta de garantías que le entrega Estados Unidos. Este miércoles, una periodista de la cadena libanesa Al Jadeed ha preguntado a un diputado de Hezbolá, Hassan Fadlallah, sobre las declaraciones de Netanyahu, advirtiendo de que responderá “con fuerza” a toda vulneración. “Si Israel ataca”, ha respondido, “Hezbolá tiene el derecho de la autodefensa y de proteger al pueblo libanés”.

Durante la jornada, se han sucedido las felicitaciones por el acuerdo. Por lo general, acompañadas de llamamientos a que permita otro pacto en Gaza. Hezbolá venía insistiendo en que no firmaría un alto el fuego sin uno previo en la Franja, donde los muertos superan los 44.000, pero ha acabado cediendo. Uno de los dirigentes de Hamás, Sami Abu Zuhri, ha declarado este miércoles que el grupo “aprecia” el derecho de Líbano a alcanzar un acuerdo que proteja a su pueblo y que espera otro que ponga fin a la guerra en Gaza.

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