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Primera fumata negra en el Vaticano: la votación termina sin consenso para elegir papa y el proceso sigue mañana | Más de 45.000 personas se congregan en la Plaza de San Pedro a la espera del resultado de la votación, que se ha prolongado más de tres horas
Más de 45.000 personas se han congregado en la Plaza de San Pedro a la espera del resultado de la votación, que se ha prolongado más de tres horas | El cónclave sigue mañana
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El primer día de cónclave para elegir al sucesor de Francisco termina con fumata negra, es decir, sin consenso en el nombre del nuevo pontífice. El humo ha salido de la chimenea al filo de las nueve de la noche, más de tres horas después del inicio de la votación. A las 17.46, se cerraron las puertas de la Capilla Sixtina después de que el maestro de las ceremonias de la Santa Sede, Diego Ravelli, pidiera a todos los no electores que salieran con las palabras “extra omnes (todos fuera)”. Los 133 cardenales con derecho a voto se recluyeron sin ninguna comunicación con el exterior para votar. Más de 45.000 personas esperaban el resultado fuera, en los alrededores de San Pedro. Mañana jueves se retoma el cónclave. A partir del segundo día, habrá cuatro escrutinios diarios, dos por la mañana y dos por la tarde. Si después de tres días los cardenales no se han puesto de acuerdo y nadie obtiene los 89 votos necesarios —dos tercios del total—, dispondrán de un día de pausa para reflexionar. Una parte de los purpurados quiere proseguir el camino del difunto Pontífice; otros, corregir el rumbo. Cuando por fin se produzca la fumata blanca, el 267º papa se presentará ante los fieles.
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Hasta aquí la última hora del cónclave
Concluye aquí la narración en directo del cónclave de este miércoles, 7 de mayo. Mañana seguiremos informando sobre el proceso de votación de un nuevo pontífice. Tiene más información en todos los soportes de EL PAÍS. Buenas noches y gracias por seguirnos.
Una fumata negra que se ha hecho esperar hasta las nueve de la noche de este miércoles —ante una multitud de 45.000 personas que abarrotaba la plaza de San Pedro y escudriñaba la pequeña chimenea del tejado de la Capilla Sixtina— ha sido la señal: en la primera votación del cónclave aún no ha sido elegido el Papa, más de tres horas después de inicio de la ceremonia. El humo salió con notable retraso respecto al horario previsto inicialmente, entre las 19.00 y las 19.30, pero dado el secreto del cónclave no se sabe la razón. Probablemente, se debió al gran número de electores, 133 cardenales, una cifra sin precedentes y que para 108 era su primera elección.
La agenda para mañana: dos votaciones por la mañana y otras dos por la tarde
Tras la fumata negra de esta tarde, los cardenales se retiran a Santa Marta y al Colegio Etíope. El cónclave continuará mañana y comenzará a las 7.30 con una misa. Después los electores rezarán el laudes en la Capilla Sixtina, antes de dar comienzo a la primera votación. En este caso, solo habrá fumata si alcanzan un acuerdo, es decir, si es blanca. Si no, se procederá inmediatamente a una segunda votación, tras la cual se quemarán las papeletas de los dos procesos, dando paso a una fumata a partir de mediodía.
El proceso se repetirá a partir de las 16.00 si no ha resultado elegido ningún cardenal para suceder a Francisco. Si se alcanzara un acuerdo en la primera votación, se espera la fumata a media tarde. Si no, partir de las 19.00. Si tampoco hubiera acuerdo, los electores se retirarían de nuevo a sus residencias tras rezar.
Si resultara elegido un papa, sonarían las seis campanas de la basílica de San Pedro y, tras el anuncio del Habemus papam en el balcón que da a la plaza homónima, se daría a conocer el nombre del pontífice. Poco después, este se presentaría ante los fieles en ese mismo balcón y concedería la bendición Urbi et Orbi.
Tres horas desde el cierre de puertas de la Capilla Sixtina
Hace tres horas que los cardenales electores se encerraron en la Capilla Sixtina, a las 17.46, para dar comienzo a la primera votación para elegir al sucesor de Francisco.
El proceso se rige por un estricto protocolo que fija las normas de cada paso. Entre ellos, el recuento, que deben llevarlo a cabo los tres cardenales escrutadores elegidos por sorteo. Antes de empezar, el primer escrutador debe sacudir la urna varias veces para mezclar las papeletas. El tercero es el encargado de sacarlas una a una y depositarlas en otro recipiente vacío mientras las cuenta. Si el número de papeletas no corresponde al número de votantes, deben quemarse todas y se procede inmediatamente a una segunda votación. Si coincide, comienza el recuento.
Sentados en una mesa frente al altar, el primer escrutador coge una papeleta, anota el nombre del elector y la pasa al segundo. Este comprueba el nombre del elector y se la da al tercero, que la lee en voz alta para que todos los electores presentes puedan marcar su voto en una hoja especial dedicada a este fin, y anota el nombre leído. Después, pincha con una aguja enhebrada el papel y lo ensarta, para evitar que se traspapelen.
Una vez terminado el recuento, los escrutadores suman los apoyos obtenidos por cada cardenal y los anotan en una hoja aparte. Los extremos del hilo que atraviesa los papeles se atan con un nudo para quemarlos después en la estufa de la que emanará el humo de la fumata.
Por qué está tardando la fumata
En la plaza de San Pedro crece la expectación y los rumores por el retraso de la fumata, aunque en realidad la hora fijada por la sala de prensa del Vaticano a los periodistas, entre las siete y las siete y media de la tarde era orientativa. Las puertas de la Capilla Sixtina se han cerrado a las 17.46, pero seguía la meditación del predicador emérito de la Casa Pontificia, Raniero Cantalamessa. Su duración es incierta, pero habrá llevado su tiempo.
Para la votación hay que tener en cuenta que son 133 cardenales, que deben levantarse de su sitio, ir hasta un extremo de la sala, donde está la urna, votar y volver a su sitio. Un minuto por cada uno supone ya dos horas. Eso si no hay algún problema o confusión, porque para 108, nombrados por Francisco, es la primera experiencia en un cónclave. Y luego debe hacerse el recuento de las papeletas, una por una, diciendo en voz alta el nombre escrito en cada una. El día de hoy servirá para tomar como referencia la duración de las votaciones.
Más de 30.000 personas esperan la primera fumata en San Pedro
Poco después del comienzo del cónclave ya había más de 30.000 personas reunidas en la plaza de San Pedro del Vaticano a la espera de la primera fumata, ha informado la jefatura de policía de Roma, que prevé que la cifra vaya en aumento.
Fieles, curiosos y muchos turistas han comenzado a llenar la plaza sin apartar la mirada de la chimenea colocada en el tejado de la Capilla Sixtina, poco después de que los 133 cardenales electores se encerraran a las 17.46 en el templo para la primera votación. (Efe)
Expectación en la primera jornada del cónclave más incierto
Todos los ojos están puestos en estos momentos en la chimenea de la Santa Sede, que emanará el humo de los votos quemados por los cardenales en una estufa: si es de color negro, no ha habido acuerdo y el proceso continuará mañana; si es blanco, hay nuevo papa. Los 133 cardenales electores permanecen encerrados en la Capilla Sixtina desde las 17.46, cuando el maestro de ceremonias de la Santa Sede, el arzobispo Diego Ravelli, ha cerrado por fuera las puertas del templo. Según la cadena pública Rai, hay más de 30.000 personas pendientes en los alrededores de San Pedro.
El cónclave, al detalle | ¿Cómo votan los cardenales?
Siete ceremonieros pontificios reparten las papeletas en blanco entre los cardenales, a cada uno les dan dos o tres fichas. Durante las votaciones, solo pueden estar dentro de la Capilla Sixtina los cardenales electores, el resto de colaboradores, como los ceremonieros, debe salir antes de que se empiece a votar.
La papeleta, de forma rectangular, lleva escritas en la mitad superior las palabras: Eligo in Summum Pontificem (elijo como Sumo Pontífice), mientras que en la mitad inferior hay un espacio para escribir el nombre del elegido.
Cada cardenal escribe el nombre de su candidato en la papeleta, la dobla y la lleva en la mano, de tal forma que sea visible para todos, hacia el altar. Allí, frente a los tres escrutadores pronuncia la siguiente fórmula, en italiano: “Llamo a Cristo el Señor, que me juzgará, como testigo de que mi voto va para quien, según Dios, considero que debe ser elegido”.
A continuación, introduce su voto en la urna. Durante todo este proceso, los escrutadores vigilan atentamente que se hayan respectado escrupulosamente las normas. Si cualquier cosa se hace de forma distinta a lo que dictan las normas del Cónclave, la elección podría declararse nula.
El cónclave, al detalle | Tres urnas para las votaciones
En la Capilla Sixtina, donde permanecen reunidos los 133 cardenales, hay tres urnas: en la primera se depositan los votos ordinarios de los cardenales presentes; en la segunda se colocan las papeletas de los cardenales que estén enfermos o impedidos para salir de su habitación y en la tercera se disponen las papeletas después del recuento, antes de ser quemadas.
Las urnas actuales las ha realizado el escultor Cecco Bonanotte, que también diseñó las nuevas puertas de entrada de los Museos Vaticanos, inauguradas para el Jubileo de 2000. Están fabricadas en bronce utilizando la técnica antigua de la cera perdida y tienen inscripciones relacionadas con el concepto cristiano del Buen Pastor, y decoraciones de pájaros, uvas y espigas, símbolos de la Eucaristía.
En la parte superior de la urna aparece la figura del Buen Pastor, que representa a san Pedro, considerado el primer Papa, al que, según la teología católica, Jesús confió el cuidado de su rebaño, es decir, de la Iglesia. Y a sus pies se disponen las llaves cruzadas, símbolo del poder papal.
Solo quedan dos no electores dentro
Solo quedan dentro todavía dos personas que no son electores, el maestro de las ceremonias Litúrgicas Pontificias, Diego Ravelli, y un religioso capuchino, Raniero Cantalamessa, que hará una meditación previa a los cardenales. Luego saldrán los dos y comenzará la votación.
El cardenal indio Koovakad, responsable de cerrar por dentro la Capilla Sixtina
El cardenal indio George Jacob Koovakad, de 51 años, el último de los cardenales diáconos, es el encargado de cerrar la puerta de la Capilla Sixtina por dentro y dejar la llave sobre la mesa. Momentos antes, el maestro de las ceremonias Litúrgicas Pontificias, Diego Ravelli, ha pronunciado el célebre extra omnes (todos fuera).
El maestro de ceremonias de la Santa Sede pronuncia las palabras ‘extra omnes’ para que comience el cónclave
Los actos previos ya han concluido y los 133 cardenales que elegirán al nuevo papa serán encerrados en la Capilla Sixtina. El maestro de ceremonias de la Santa Sede, Diego Ravelli, ha pronunciado las palabras en latín extra omnes (fuera todos) y cerrará las puertas en unos instantes. Dentro están los 133 cardenales que votan y varios que participan en el acto, pero que no tienen derecho a voto.
El cónclave comienza al cerrarse las puertas. La primera fumata se espera esta tarde a partir de las 19.00, aunque lo más probable es que la elección del nuevo papa no se produzca en la primera votación. De la chimenea en lo alto de la capilla emanará el humo de los votos quemados por los cardenales en una estufa: si es de color negro, no ha habido acuerdo; si es blanco, hay nuevo papa.
¿Por qué hay cardenales que no van vestidos de rojo?
Durante el cónclave, el código de vestimenta para los cardenales electores establece que deben llevar sotana faja y muceta, solideo y birrete rojos, roquete blanco, una cruz colgada con un cordón rojo y oro y el anillo cardenalicio. Sin embargo, los cinco purpurados pertenecientes a ritos orientales van vestidos diferente, según los marcan protocolos de sus ritos.
Desconexión en el Vaticano: sin cobertura móvil hasta que acabe el cónclave
El Vaticano ha desactivado desde las 15.00 horas su red de cobertura de telefonía móvil en todo su territorio para blindar el cónclave que elegirá al sucesor del difunto papa Francisco.
La Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, similar a un ayuntamiento, ha comunicado a los residentes y a los trabajadores que “desactivará todas las instalaciones de transmisión de la señal de telecomunicaciones celulares y de radio” hasta que se elija al próximo pontífice. La desconexión afectará a todo el territorio del Estado de la Ciudad del Vaticano, 0,4 kilómetros cuadrados en el centro de Roma.
El objetivo es garantizar la “seguridad de las actividades para la elección del Sumo Pontífice”, por lo que la señal no volverá hasta que no se designe un nuevo papa.
Para evitar injerencias, el cónclave debe transcurrir con total secretismo y los purpurados tienen completamente prohibido revelar lo tratado en la Capilla Sixtina, abandonar el estado vaticano y comunicarse con personas ajenas a este proceso.
Estos días, los técnicos de la Santa Sede también han apagado las cámaras de seguridad y los sensores que normalmente custodian la monumental Capilla Sixtina, y además han comprobado que no queda en su interior ningún instrumento que pueda grabar.
El juramento de los cardenales
Los 133 cardenales que participarán en la votación del sucesor del papa Francisco están realizando el juramento de silencio en la Capilla Sixtina, obligatorio bajo pena de excomunión. Lo hacen de uno en uno, con la mano sobre el Evangelio.
Los cardenales ya se encuentran en la Capilla Sixtina
Los cardenales han entrado en la Capilla Sixtina pasadas las 16.30. Ahora, deben prestar juramento uno a uno con la mano sobre el Evangelio. Después, el maestro ceremoniero de la Santa Sede, Diego Ravelli, expulsará de la capilla a todo aquel que no vista la púrpura con la fórmula en latín Extra omnes (Fuera todos) y cerrará las puertas. En ese momento, dentro estarán los 133 cardenales que votan y varios que participan en el acto, pero que no tienen derecho a voto.
A continuación, se celebra una catequesis para inspirar a los votantes, dirigida por el cardenal Raniero Cantalamessa. Al terminar, sale de la capilla junto al arzobispo Ravelli para que empiece la votación. Es a partir de ese momento cuando ya nadie podrá entrar ni salir hasta que finalice la votación. La primera fumata —la única que habrá hoy— está prevista a partir de las 19.00.
Los cardenales se encaminan a la Capilla Sixtina para iniciar el cónclave del que saldrá elegido el sucesor de Francisco
Los 133 cardenales que elegirán al nuevo Papa se están dirigiendo en estos momentos en procesión hacia la Capilla Sixtina. Ataviados con sus hábitos rojos y blancos, caminan hacia la capilla, donde se encerrarán para realizar una primera votación en las próximas horas. Está previsto que la primera fumata se produzca a partir de las 19.00.
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