Alberto Villarreal: “La vulnerabilidad nos une”, afirma en Filgua 2025 al presentar su libro sobre el desamor

Escenario

Alberto Villarreal: “La vulnerabilidad nos une”, afirma en Filgua 2025 al presentar su libro sobre el desamor

“Nada nunca temina, pero hay que decir adiós” es el nombre del reciente libro del booktuber mexicano que está entre los invitados especiales de Filgua y que compartió una charla antes de su presentación.

Alberto Villarreal es uno de los más reconocidos booktubers en América Latina. En una entrevista con Prensa Libre habla sobre su más reciente libro que presentará en Filgua. (Foto Prensa Libre: Esdras Laz)


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Un par de horas antes de la presentación del libro Nada nunca termina, pero hay que decir adiós, el escritor Alberto Villarreal, originario de Monterrey, México, concedió unos minutos para una breve entrevista durante su participación en Filgua 2025.

Nos encontramos en una de las salas para conversar sobre esta obra, considerada su primer libro en el género del ensayo, y que representa un encuentro con el amor, el duelo y los procesos personales que él mismo ha experimentado.

Entre sus obras también figuran Todo lo que no me deja olvidarte (2023), Anoche en las trincheras (2018), Ocho lugares que me recuerdan a ti (2016); y sus libros de poesía Aquí no hay sed (2022), Todo lo que dejas cuando llegas y te vas (2020) y Todo lo que fuimos (2017).

En sus espacios en redes sociales llega a jóvenes y amantes de la literatura. Su último libro conduce por los laberintos del amor y el desamor.

—Quisiéramos comenzar hablando del nacimiento de este libro. Leímos que habla mucho del desamor y de su propio proceso. ¿Dudó en algún momento mostrarlo a los demás?

—La verdad es que no tuve dudas ni miedos. Siempre he buscado la honestidad en los demás, y creo que la vulnerabilidad nos une. Todo lo que hago tiene que ver con eso: con crear comunidad, con mostrarme tal cual soy, con la esperanza de que el otro me vea y me quiera así. Quería ser compañía para quienes están pasando por un duelo amoroso.

Este libro nace del cruce de varios factores. Por un lado, la gente siempre me pide consejos amorosos, como si yo supiera mucho del asunto. Pero yo me sentía un ignorante, así que quise escribir para entender, para estudiar, para buscar respuestas. Por otro lado, terminé una relación y tenía mis propias dudas. Empecé psicoanálisis, que me ayudó a entenderme y también me generó más preguntas. Además, está mi trabajo como promotor de lectura: llevo más de 13 años hablando de libros en internet para acercarlos a los jóvenes. Este libro también hace eso: comparto las lecturas que me acompañaron durante ese duelo.

Todo confluyó. Me pareció que la única forma de hablar del amor y del desamor era desde la no ficción, desde lo más directo, sin barreras, sin escudos.

—¿Después de publicar el libro, han seguido llegando mensajes de personas que buscan consejos amorosos?

—Sí, siguen llegando, pero ahora me escriben pidiéndome perdón desde el inicio, como: “Ya sé que no te gusta dar consejos, ya sé que dices que no sabes nada del amor, pero necesito acompañamiento”. Y me parece lindo.

Creo que es humano buscar al otro como apoyo. Yo lo hago con mis amigos también. Siempre buscamos esa guía, esa contención para entender lo que estamos viviendo.

El domingo 6 de julio, Alberto Villarreal se presentará en Filgua. (Foto Prensa Lire: Esdras Laz)

—Aunque lo responde en su libro, ¿podría compartirnos qué papel ha tenido la escritura en su proceso de duelo?

—La literatura me ha salvado. Sé que es una frase que se escucha mucho, pero en mi caso es verdad. Los libros son mi vida. Me despierto para leer y escribir; es lo que hago todos los días.

La escritura, junto con el psicoanálisis, me ha ayudado a entenderme, a sanar. Es un ejercicio de introspección muy potente. Siempre invito a las personas a escribir, aunque no sea para publicar, simplemente para descubrirse. Yo he aprendido mucho de mí mismo gracias a la escritura.

—¿Cómo logra mantener esa autenticidad en un mundo dominado por las redes sociales?

—Es difícil. Vivimos saturados de contenido. Todos queremos formar parte de una comunidad, pero eso muchas veces nos uniforma: todos vamos a los mismos lugares, leemos lo mismo, usamos los mismos filtros. Es complicado mantener la autenticidad.

Cuando hablamos de amor, creo que lo único que sirve es compartir cómo lo vivimos realmente. Hay mil videos con reglas sobre el amor, las rupturas, los duelos, pero eso genera frustración porque todos lo experimentamos distinto. Entendernos como seres contradictorios me ha traído paz. Saber que puedo estar bien hoy y mal mañana, que puedo cambiar de opinión, que los recuerdos vienen y van… todo eso me tranquiliza. Y es parte de lo que quise transmitir con este libro: que está bien sentirlo todo, sin filtros, sin pretender que no pasa nada.

—¿Qué papel juega el dolor en su proceso creativo?

—Yo sí creo que escribo mejor cuando estoy triste. Es más fácil, más rápido. Pero también sé que vincular la creación exclusivamente al dolor puede ser peligroso, porque uno termina hurgando en la herida todo el tiempo. Lo ideal es poder crear desde un lugar más completo, donde exista el dolor, pero también la felicidad. Y escribir desde ahí, desde lo pleno.

—Volviendo a sus inicios, ¿qué tan difícil fue posicionar su primer libro?

—Fue una locura. Desde pequeño sabía que quería ser escritor, pero pensaba que eso pasaba a los 40 o 50 años. Todos los autores que veía en ferias eran adultos. No sabía que uno podía ser escritor joven.

Pero terminé ese primer libro, me acerqué a Planeta —ya habíamos trabajado juntos desde mi labor como promotor de lectura— y me dieron la oportunidad de publicarlo. Ahora no me veo haciendo otra cosa. Sigo siendo fiel a ese Alberto que quería recomendar libros y conectar con otros lectores.

El escritor mexicano comparte su historia en una entrevista y hace reflexiones sobre el desamor. (Foto Prensa Libre: Héctor Archila)

—¿Cómo es su rutina diaria entre escribir, leer y crear contenido?

—Como es mi único trabajo, le dedico todo el tiempo. Leo mucho, pero no porque lo haga en mis ratos libres, sino porque es parte de lo que hago. Leo desde que me despierto, antes y después de desayunar. Escribo todos los días. Me gusta trabajar en varios libros a la vez: ahora mismo estoy escribiendo una novela, un diario y también tengo ideas para otro ensayo. Este año sale un poemario. Cada proyecto está en su propio compartimento, así que no se cruzan entre sí.

—¿Qué espera cuando visita ferias del libro?

—Conocer a los lectores. Saber qué pensaron del libro. Pero también crear comunidad. A veces regreso a ciudades donde los lectores que se conocieron en una presentación ahora son amigos, tienen clubes de lectura, se recomiendan libros. Eso me emociona mucho. Lo que busco es romper la virtualidad y crear lazos reales a través de la literatura.

—Ha conectado con muchas personas jóvenes a través de redes sociales. ¿Cómo ve esa relación con las nuevas generaciones?

—Desde el inicio quise mostrar que la literatura no es una obligación, sino una compañía. Comparto lo que me hacen sentir los libros desde un lugar muy honesto. No quiero obligar a nadie a leer, pero sí mostrar lo que puede significar tener un libro cerca.

Y también creo que hay que salir del internet. Crear espacios reales, físicos, para compartir con otros. Eso es lo que hace que un lector eventual se convierta en lector para toda la vida.

—Y para cerrar, ¿qué le diría a alguien que está atravesando un desamor?

—Que nada nunca termina. Que no podemos bloquear las emociones, que los recuerdos van a regresar. Y está bien. Vamos a seguir recordando a quienes amamos. Con el tiempo, tal vez duela menos o menos seguido, pero siempre estará ahí. Toca abrazar el recuerdo, entender que el proceso no es lineal, y ser gentiles con nosotros mismos. No apurarnos. No exigirnos dejar de sentir. Cuidarnos

 «Nada nunca temina, pero hay que decir adiós» es el nombre del reciente libro del booktuber mexicano que está entre los invitados especiales de Filgua y que compartió una charla antes de su presentación.  

Escenario

Alberto Villarreal: “La vulnerabilidad nos une”, afirma en Filgua 2025 al presentar su libro sobre el desamor

«Nada nunca temina, pero hay que decir adiós» es el nombre del reciente libro del booktuber mexicano que está entre los invitados especiales de Filgua y que compartió una charla antes de su presentación.

Alberto Villarreal es uno de los más reconocidos booktubers en América Latina. En una entrevista con Prensa Libre habla sobre su más reciente libro que presentará en Filgua. (Foto Prensa Libre: Esdras Laz)

Un par de horas antes de la presentación del libro Nada nunca termina, pero hay que decir adiós, el escritor Alberto Villarreal, originario de Monterrey, México, concedió unos minutos para una breve entrevista durante su participación en Filgua 2025.

Nos encontramos en una de las salas para conversar sobre esta obra, considerada su primer libro en el género del ensayo, y que representa un encuentro con el amor, el duelo y los procesos personales que él mismo ha experimentado.

Entre sus obras también figuran Todo lo que no me deja olvidarte (2023), Anoche en las trincheras (2018), Ocho lugares que me recuerdan a ti (2016); y sus libros de poesía Aquí no hay sed (2022), Todo lo que dejas cuando llegas y te vas (2020) y Todo lo que fuimos (2017).

En sus espacios en redes sociales llega a jóvenes y amantes de la literatura. Su último libro conduce por los laberintos del amor y el desamor.

—Quisiéramos comenzar hablando del nacimiento de este libro. Leímos que habla mucho del desamor y de su propio proceso. ¿Dudó en algún momento mostrarlo a los demás?

—La verdad es que no tuve dudas ni miedos. Siempre he buscado la honestidad en los demás, y creo que la vulnerabilidad nos une. Todo lo que hago tiene que ver con eso: con crear comunidad, con mostrarme tal cual soy, con la esperanza de que el otro me vea y me quiera así. Quería ser compañía para quienes están pasando por un duelo amoroso.

Este libro nace del cruce de varios factores. Por un lado, la gente siempre me pide consejos amorosos, como si yo supiera mucho del asunto. Pero yo me sentía un ignorante, así que quise escribir para entender, para estudiar, para buscar respuestas. Por otro lado, terminé una relación y tenía mis propias dudas. Empecé psicoanálisis, que me ayudó a entenderme y también me generó más preguntas. Además, está mi trabajo como promotor de lectura: llevo más de 13 años hablando de libros en internet para acercarlos a los jóvenes. Este libro también hace eso: comparto las lecturas que me acompañaron durante ese duelo.

Todo confluyó. Me pareció que la única forma de hablar del amor y del desamor era desde la no ficción, desde lo más directo, sin barreras, sin escudos.

—¿Después de publicar el libro, han seguido llegando mensajes de personas que buscan consejos amorosos?

—Sí, siguen llegando, pero ahora me escriben pidiéndome perdón desde el inicio, como: “Ya sé que no te gusta dar consejos, ya sé que dices que no sabes nada del amor, pero necesito acompañamiento”. Y me parece lindo.

Creo que es humano buscar al otro como apoyo. Yo lo hago con mis amigos también. Siempre buscamos esa guía, esa contención para entender lo que estamos viviendo.

El domingo 6 de julio, Alberto Villarreal se presentará en Filgua. (Foto Prensa Lire: Esdras Laz)

—Aunque lo responde en su libro, ¿podría compartirnos qué papel ha tenido la escritura en su proceso de duelo?

—La literatura me ha salvado. Sé que es una frase que se escucha mucho, pero en mi caso es verdad. Los libros son mi vida. Me despierto para leer y escribir; es lo que hago todos los días.

La escritura, junto con el psicoanálisis, me ha ayudado a entenderme, a sanar. Es un ejercicio de introspección muy potente. Siempre invito a las personas a escribir, aunque no sea para publicar, simplemente para descubrirse. Yo he aprendido mucho de mí mismo gracias a la escritura.

—¿Cómo logra mantener esa autenticidad en un mundo dominado por las redes sociales?

—Es difícil. Vivimos saturados de contenido. Todos queremos formar parte de una comunidad, pero eso muchas veces nos uniforma: todos vamos a los mismos lugares, leemos lo mismo, usamos los mismos filtros. Es complicado mantener la autenticidad.

Cuando hablamos de amor, creo que lo único que sirve es compartir cómo lo vivimos realmente. Hay mil videos con reglas sobre el amor, las rupturas, los duelos, pero eso genera frustración porque todos lo experimentamos distinto. Entendernos como seres contradictorios me ha traído paz. Saber que puedo estar bien hoy y mal mañana, que puedo cambiar de opinión, que los recuerdos vienen y van… todo eso me tranquiliza. Y es parte de lo que quise transmitir con este libro: que está bien sentirlo todo, sin filtros, sin pretender que no pasa nada.

—¿Qué papel juega el dolor en su proceso creativo?

—Yo sí creo que escribo mejor cuando estoy triste. Es más fácil, más rápido. Pero también sé que vincular la creación exclusivamente al dolor puede ser peligroso, porque uno termina hurgando en la herida todo el tiempo. Lo ideal es poder crear desde un lugar más completo, donde exista el dolor, pero también la felicidad. Y escribir desde ahí, desde lo pleno.

—Volviendo a sus inicios, ¿qué tan difícil fue posicionar su primer libro?

—Fue una locura. Desde pequeño sabía que quería ser escritor, pero pensaba que eso pasaba a los 40 o 50 años. Todos los autores que veía en ferias eran adultos. No sabía que uno podía ser escritor joven.

Pero terminé ese primer libro, me acerqué a Planeta —ya habíamos trabajado juntos desde mi labor como promotor de lectura— y me dieron la oportunidad de publicarlo. Ahora no me veo haciendo otra cosa. Sigo siendo fiel a ese Alberto que quería recomendar libros y conectar con otros lectores.

El escritor mexicano comparte su historia en una entrevista y hace reflexiones sobre el desamor. (Foto Prensa Libre: Héctor Archila)

—¿Cómo es su rutina diaria entre escribir, leer y crear contenido?

—Como es mi único trabajo, le dedico todo el tiempo. Leo mucho, pero no porque lo haga en mis ratos libres, sino porque es parte de lo que hago. Leo desde que me despierto, antes y después de desayunar. Escribo todos los días. Me gusta trabajar en varios libros a la vez: ahora mismo estoy escribiendo una novela, un diario y también tengo ideas para otro ensayo. Este año sale un poemario. Cada proyecto está en su propio compartimento, así que no se cruzan entre sí.

—¿Qué espera cuando visita ferias del libro?

—Conocer a los lectores. Saber qué pensaron del libro. Pero también crear comunidad. A veces regreso a ciudades donde los lectores que se conocieron en una presentación ahora son amigos, tienen clubes de lectura, se recomiendan libros. Eso me emociona mucho. Lo que busco es romper la virtualidad y crear lazos reales a través de la literatura.

—Ha conectado con muchas personas jóvenes a través de redes sociales. ¿Cómo ve esa relación con las nuevas generaciones?

—Desde el inicio quise mostrar que la literatura no es una obligación, sino una compañía. Comparto lo que me hacen sentir los libros desde un lugar muy honesto. No quiero obligar a nadie a leer, pero sí mostrar lo que puede significar tener un libro cerca.

Y también creo que hay que salir del internet. Crear espacios reales, físicos, para compartir con otros. Eso es lo que hace que un lector eventual se convierta en lector para toda la vida.

—Y para cerrar, ¿qué le diría a alguien que está atravesando un desamor?

—Que nada nunca termina. Que no podemos bloquear las emociones, que los recuerdos van a regresar. Y está bien. Vamos a seguir recordando a quienes amamos. Con el tiempo, tal vez duela menos o menos seguido, pero siempre estará ahí. Toca abrazar el recuerdo, entender que el proceso no es lineal, y ser gentiles con nosotros mismos. No apurarnos. No exigirnos dejar de sentir. Cuidarnos

ESCRITO POR:
Ingrid Reyes
Periodista de Prensa Libre especializada en periodismo de bienestar y cultura, con 18 años de experiencia. Premio Periodista Cultural 2023 por el Seminario de Cultura Mexicana y premio ESET región centroamericana al Periodismo en Seguridad Informática 2021.

ARCHIVADO EN:

 Prensa Libre | Vida 

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